miércoles, 9 de abril de 2008

CANTATA AL SILENCIO

Pueblito
polorientas callecitas
sombreritos de enea
sombreando
hilera de adobes
de caña y
de barro
runruneas
bajito
con telarañas
polillas
y pititos de barro

Pueblito
acurrucado miras cómo juega
el viento con el polvo
y cómo
te cosquillan
los huraños remolinos


con sus deditos de viento
que surcan
arenales
tópandose en los pies
del cerro azul
tan soñoliento...
Aún se abrazan
y se arrullan
y se adoban de besos
Pueblito
rumor de lluvia sobre el agua
martilleo lejano
sereno beso...

Clavel soledoso
trepadito
del ombligo milenario
parloteas
estirando tu frontera
con el cerro Namul
añoso y silente
perfil de piedra
congelado de tiempo

Pueblito
apenas el sol despereza
y los gallos
trizan el silencio
se cuela
por tu tímida penumbra
un coro de pasitos
laboriosos y apurados
hundiéndose
en la hacienda

Pueblito
murmullo de ríoque baja en otoño
eco de sauces
pañuelo de viento

Si
Granito de arroz
a esconderte corres por la tarde
en los brunos ojos de la noche
pensativo
cuando tu yunta milenaria
trencitas rubias.
rumia sueños de hierba

Y así
polvo viento sol y la luna
jugetearon
con tu paz de piedra
que escurre
que trasciende
por poros muros y jirones

Tus puertas
boquitas de lata y de madera
siempre bostezando
pueblito
hasta que halcón desciende
y perturba el rumor
de la lluvia sobre el agua

Descoloran
de calles nerviosas
los perros
y sudan
ófricos agueros
en ángulos de nostalgia

Salobre rocío
ojitos de agua
comunal cachete mordisca

Lugubredad
cada poro
cada hueso chupa y escupe

Ironias viste
la redondes mulata de las ojeras

Como ojitos de muerto
las puertas se trancan

Entre arrullos
de arroz y algarroba
tejes nidos de bala
en olores de polvora
halcón
frotando tus alas

Octubre veinticinco
mil
ocho
ochenta y uno

El sol
alza tras los cerros
sus dedos de algarroba

La tierra
alumbra tropeles corajudos
que sin leñar
vetusta rama
azuleja
hamaca
mudos remecen
canas
amorosos de prole

Las callecitas
se ahogan de humo
Orejando
el zumbar
de cobrizos sancudos

El ave
afila
su pico filudo
bambolea sus alas de fuego

Jura atizarse
pueblito
en su galgo fogón de leña

Guarece
trocito de tu suspiro
enea
peciolo temblando
en vendabales
con orejas
entre arrullos
de tierra distante

El sol descuelga
de la cintura soleada y tristona

Ay
ave azuleja
leve picotea
y grazna herida
¡FUSILENLOS!

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