sábado, 23 de mayo de 2009

El Sentido del Camino

Desde el día 20 de marzo estoy en este viaje, que fue lo que escogí para festejar los veinte años de mi peregrinación por el Camino de Santiago. Esta me llevó por tres continentes (Europa, África, Extremo Oriente), y me permitió un contacto directo con millares de lectores, a partir del momento en que decidí que era imposible esa conmemoración sin su presencia.

En Puente de la Reina hice mi primera tarde de autógrafos sin un “planeamiento oficial” y desde entonces pude combinar algunos encuentros organizados con otros absolutamente espontáneos. A todas estas tardes de autógrafos les siguieron fiestas donde conmemorábamos juntos el sentido del camino: encuentros.Festejar, celebrar, discutir, bailar, respetar el misterio de la vida, pero al mismo tiempo, entender que no estamos solos en este misterio y que necesitamos dividir nuestro encantamiento con otras personas que entienden nuestra manera de pensar.

Creé este blog el día 19 de abril junto con Paula Braconnot para que todas estas experiencias pudiesen ir también más allá del espacio físico y zambullirse en el espacio virtual. Quiero aprovechar la oportunidad para agradecer a Paula su profesionalismo, su amor, y su dedicación, que superó todas las dificultades técnicas.

Mi próxima parada antes de retornar a casa será Alemania, donde participo de la Copa del Mundo como invitado de la FIFA. Pienso que nada nuevo podré decir respecto al fútbol, de modo que hoy estoy cerrando estos textos. Cualquier comentario será bienvenido, de forma que nos permita perfeccionar la idea de tener un blog, de vez en cuando, para conversar.

El día 22 de Junio, si Dios quiere, estaré volviendo al viejo molino en los Pirineos, mi punto de partida, y enseguida viajaré para Brasil.

Cada dos semanas envío una newsletter para los lectores interesados. Quien desee recibirla puede inscribirse en , disponible en varios idiomas.

En una de mis primeras paradas en esta peregrinación pasé por un poblado en España. Allí escribí el texto de más abajo. Pienso que no importa de donde venimos; siempre podemos llegar mucho más lejos de lo que imaginamos. Ese es el ejemplo del camino que Francisco nos dio y que debemos seguir.

Dedico este camino a mis lectores. Muchas gracias por el apoyo de todos, por las noches que pasé leyendo sus mensajes colocados aquí y que me estimulaban siempre para que siguiese adelante. El sentido del camino está en las personas y siempre vemos mejor el mundo cuando permitimos que el misterio de los encuentros se manifieste. Como dice la última frase de El Peregrino : “las personas siempre aparecen cuando están siendo esperadas.”

Paulo Coelho

Veinte años después: Francisco
Estoy tomando un café en la terraza del hotel con vistas a un castillo, un gigantesco castillo en esta pequeña aldea con apenas algunas casas, en la provincia de Navarra, España. Ya es de noche, no hay luna, estoy rehaciendo en coche mi peregrinación a Santiago de Compostela, para conmemorar los veinte años desde que crucé este camino por primera vez.

La aldea donde estoy, no obstante, no forma parte del recorrido, que pasa a unos 19 kms. de aquí, pero pretendía visitarla y aquí estoy. Hace quinientos años nació en este lugar un hombre llamado Francisco. Debe haber jugado mucho en los campos alrededor del castillo. Debe haberse bañado en el río que corre cerca de aquí. Hijo de padres ricos, dejó su aldea para completar sus estudios en la famosa Universidad de La Sorbonne, en París. Deduzco que fue su primer viaje largo.

Era atlético, guapo, inteligente, envidiado por todos los alumnos – menos por uno, venido de la misma y distante provincia española, que se llamaba Ignacio. Ignacio decía: “Francisco, tu piensas mucho en ti. Por qué no te dedicas a pensar en otras cosas, como en Dios, por ejemplo?” No sé por qué, pero Francisco, el más guapo y más valiente estudiante de La Sorbonne, se dejó convencer por Ignacio. Se juntan con otros alumnos y fundan una sociedad que pasa a ser motivo de risas de todos los otros compañeros, hasta el punto que alguien escribe en la puerta de la sala donde se reunían: Sociedad de Jesús. En lugar de sentirse ofendidos, adoptan el nombre. Es a partir de ahí que Francisco empieza un viaje sin retorno.

Va con Ignacio a Roma, y le pide al Papa que reconozca la “sociedad”. El pontífice acepta encontrarse con los estudiantes y, para estimularlos, les da su aprobación. Francisco – que se moría de miedo de los navíos y del mar – parte solo para Oriente, imbuido de lo que considera su misión. En los próximos diez años visitará África, India, Sumatra, Molucas, Japón. Aprenderá nuevos idiomas, visitará hospitales, prisiones, ciudades y aldeas. Escribirá muchas cartas, pero ninguna – absolutamente ninguna – hará referencias a puntos “turísticos” de estos lugares. Comenta sólamente la necesidad de llevar una palabra de coraje y esperanza a los que son menos favorecidos.

Muere lejos de la aldea donde estoy ahora tomando mi café – y es enterrado en Goa. En una época en que el mundo era inmenso, las distancias casi insuperables, los pueblos vivían en guerra, Francisco creyó que debía considerarlos como una aldea global. Supera su miedo al mar, a los navíos, a la soledad, porque está consciente de que su vida tiene un sentido. No sabe, mientras camina por Oriente, que sus pasos jamás serán olvidados y que todo lo que plantó dará frutos; está haciendo eso porque es su leyenda personal, la manera que escogió de vivir su vida.

Quinientos años después en la ciudad de Ahmedabad, en la India, un profesor pide a sus alumnos una biografía sobre él. Uno de los niños escribe: ”Fue un gran arquitecto, porque en todo Oriente existen escuelas que construyó y que llevan su nombre”.

Antonio Falces, que dirige uno de estos colegios, cuenta que ya vio a dos personas conversando:

- Francisco era portugués – decía una.

- Claro que no. Nació y fue enterrado aquí en Goa, respondía la otra. Ambos estaban errados, y ambos tenían razón: Francisco vino de un pequeño pueblo de Navarra, era un hombre de mundo, y todos lo consideraban parte de su propia gente. Tampoco era arquitecto especializado en construir escuelas; pero como dice uno de sus primeros biógrafos, “era como el sol, que no puede seguir adelante sin derramar luz y calor por donde pasa”.

Pienso en Francisco: salir de aquí, recorrer el mundo, Hacer que el nombre de esta pequeña aldea sea llevado a tantos lugares, hasta el punto de que mucha gente cree que es su apellido. Enfrentarse a sus miedos, renunciar a todo en nombre de sus sueños – que eso me inspire y me sirva de ejemplo; yo que estudié en uno de los colegios de la tal “sociedad de Jesús”, o S.J., o escuelas jesuitas, como son conocidas.

Estoy en el pueblo de Javier. Tanto Francisco como Ignacio, que vino de otra pequeña aldea, llamada Loyola, fueron canonizados el mismo día, 12 de Marzo de 1622. En aquella mañana, colocaron una faja en los muros del Vaticano:

“San Francisco Javier hizo muchos milagros pero el milagro de San Ignacio es todavía mayor: Francisco Javier.”

Si quiere Usted continuar hablando con Paulo Coelho, puedes ir al blog Guerrero de la Luz

Desafios

¿El pájaro está vivo?

El joven estaba concluyendo su periodo de preparación, y muy pronto pasaría a enseñar. Como todo buen alumno, necesitaba desafiar a su profesor, y desarrollar su propia manera de pensar. Así que capturó un pájaro, lo agarró con una mano, y lo llevó hasta él:

-Maestro: ¿este pájaro está vivo o muerto?

Su plan era el siguiente: si el maestro dijera “muerto”, él abriría la mano y el pájaro se echaría a volar. Si la respuesta fuese “vivo”, él lo aplastaría entre los dedos. De esa manera, el maestro siempre estaría equivocado.

-Maestro, ¿el pájaro está vivo o muerto? – insiste.

-Mi querido alumno, esto va a depender de ti – es el comentario del maestro.

El aprendiz indeseable

-No tenemos puertas en nuestro monasterio –le comentó Shantih al visitante.

-¿Y qué pasa con las personas inoportunas, que vienen a perturbar la paz del lugar?

-Las ignoramos, y acaban marchándose.

-¿Nada más? ¿Y eso da resultado?

Shantih no respondió. El visitante insistió algunas veces más. Viendo que no obtenía respuesta, resolvió partir.

“¿Has visto como sí que funciona?”, se dijo Shantih, sonriendo.

El yogui y el loco

Nasrudin, el maestro loco de la tradición sufí, pasa frente a una gruta, ve a un yogui en plena meditación, y le pregunta lo que está buscando.

-Observo los animales, y he aprendido de ellos muchas lecciones que pueden transformar la vida de un hombre – dijo el yogui.

-Enséñame lo que sabes, y yo te enseñaré lo que aprendí, pues, en cierta ocasión, un pez me salvó la vida – responde Nasrudin.

El yogui se queda asombrado: si un pez salvó la vida de aquel hombre, debe tratarse sin duda de un santo. Decide, por tanto, enseñarle todo lo que sabe.

Cuando termina, le dice a Nasrudin:

-Ahora que te he enseñado todo lo que sé, sería para mí un honor escuchar la historia de cómo un pez te salvó la vida.

-Fue sencillo. Yo estaba casi muriéndome de hambre cuando lo pesqué, y gracias a él conseguí sobrevivir tres días.

Iluminación en siete días

Buda afirmó frente a sus discípulos: el que se esfuerza, puede alcanzar la iluminación en siete días. Si no lo consigue, sin duda lo logrará en siete meses, o en siete años.

Un joven se propuso conseguirlo en una semana, y quiso saber cómo debía actuar. “Concentración” fue la respuesta.

El joven empezó a practicar, pero diez minutos más tarde ya se había distraído, y consideró que no estaba perdiendo el tiempo, sino habituándose consigo mismo.

Un buen día decidió que no era necesario llegar tan rápido a su meta, pues el camino le estaba enseñando muchas cosas.

Y fue en este momento cuando alcanzó la iluminación.

Marmag.

HOLA, SI HAY QUE SABER DIFERENCIAR SIEMPRE, SUCEDE QUE HABRA GENTE QUE VA A QUERER LLEVARTE POR EL CAMINO EQUIVOCADO , PERO SI NOSOTROS ESTAMOS SEGUROS DE LO QUE QUEREMOS PARA NUESTRAS VIDAS SEGUIREMOS POR EL CAMINO CORRECTO, FOMENTANDO EL AMOR EN NUESTRAS VIDAS .
LEI UNOS VERSOS DEL POETA KAHIL GIBRAN QUE DICEN ASI :
” PERO LO TEMPORAL EN TI CONOCE
LA ATEMPORALIDAD DE LA VIDA
Y SABE QUE EL AYER ES SOLO MEMORIA
DE HOY Y QUE MAÑANA
ES EL SUEÑO DE HOY
Y ESO QUE CANTA Y CONTEMPLA EN TI TODAVIA MORA
ENTRE LAS LINDES DEL MOMENTO QUE ESPARCIO
LAS ESTRELLAS POR EL CIELO”.
Y EL SR.DEEPAK CHOPRA AGREGA:
“HAY MANERAS INFINITAS DE DESCUBRIR TU VERDADERO SER , PERO EL AMOR SOSTIENE LA ANTORCHA MAS BRILLANTE .SI LA SIGUES , TE GUIARA MAS ALLA DE LO LIMITES DE LA VEJEZ Y LA MUERTE .SAL DEL CIRCULO DEL TIEMPO Y BUSCATE EL EN CIRCULO DEL AMOR

Quieda Prohibido de Don. Pablo Neruda

Queda Prohibido

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos.

Queda prohibido no sonreir a los problemas,
no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.

Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus dudas y tu mal humor.

Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles sólo cuando los necesitas.

Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.

Queda prohibido no hacer las cosas por tí mismo,
no creer en Dios y hacer tu destino,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

Queda prohibido echar a alguien de menos
sin alegrarte, olvidar sus ojos, su risa,
todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.

Queda prohibido no crear tu historia,
dejar de dar las gracias a Dios por tu vida,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da,
también te lo quita.

Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual.

El Cielo y el Infierno

.
Un hombre, su caballo y su perro, caminaban por un sendero. Al pasar cerca de un árbol gigantesco, cayó un rayo, y los tres murieron fulminados.

Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había dejado este mundo, y siguió caminando con sus dos animales (a veces a los muertos les lleva un tiempo ser conscientes de su nueva condición…)

La caminata se hacía muy larga, colina arriba, el sol era de justicia, y todos terminaron sudados y sedientos. Necesitaban desesperadamente agua. En una curva del camino, avistaron una puerta magnífica, toda de mármol, que conducía a una plaza adoquinada con bloques de oro, en cuyo centro había una fuente de donde manaba un agua cristalina.

El caminante se dirigió al hombre que guardaba la entrada:

- Buenos días.

- Buenos días – respondió el hombre.

- ¿Qué lugar es éste, tan bonito?

- Esto es el cielo.

- Pues qué bien que hemos llegado al cielo, porque nos estamos muriendo de sed.

- Usted puede entrar y beber toda el agua que quiera.

Y el guarda señaló la fuente.

- Mi caballo y mi perro también tienen sed.

- Lo siento mucho, pero aquí no se permite la entrada de animales.

Al hombre aquello le disgustó mucho, porque su sed era grande, pero no estaba dispuesto a beber él solo; dio las gracias y siguió adelante. Tras mucho caminar, ya exhaustos, llegaron a una finca que tenía por entrada una vieja portezuela que conducía a un camino de tierra, bordeado por árboles en sus dos orillas.

A la sombra de uno de los árboles, había un hombre tumbado, con la cabeza cubierta con un sombrero, posiblemente durmiendo.

-Buenos días – dijo el caminante.

El hombre apenas respondió meneando la cabeza.

-Tenemos mucha sed, mi perro, mi caballo y yo.

-Hay una fuente en aquellas piedras – dijo el hombre señalando el lugar -. Pueden beber cuanto les plazca.

El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y mataron su sed. A continuación, regresó para dar las gracias.

-A propósito, ¿cómo se llama este lugar?

-Cielo.

-¿Cielo? ¡Pero si el guarda de la puerta de mármol dijo que el cielo era allá!

-Eso no es el cielo, es el infierno.

El caminante se quedó perplejo.

-¡Pero ustedes deberían evitar eso! ¡Esa falsa información debe causar grandes trastornos!

El hombre sonrió:

-De ninguna manera. En realidad, ellos nos hacen un gran favor. Porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a los mejores amigos…

Segunda Oportunidad III

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Que gusto tan dulce tiene la segunda oportunidad…
Qe bello es sentir la misericordia en uno mismo, por fin habrir puerta ventana y dejar que corra el aire y penetre la luz salvadora en nosotros.

Y sabe dulce porque no es merecida…..es regalada por Dios.

Ahora se que si uno no es humilde y no acepta el regalo Divino jamas tiene esa segunda oportunidad, en verdad solo existe un combate y es contra nosotros mismos.

Gracias Paulo……que dulce sabe una segunda oportunidad.

Esto me hace recordar la cancion popuar americana “Amazing Grace”.

Segunda Oportunidad II

Al final de la vida,llega la muerte, y nadie nos prepara para ella, vivimos en un mundo tan agitado, que nadie se detiene un instante a pensar en ello, si quiera a vivirlo. Mi tía ha fallecido esta semana, ha sido muy duro para mi primo, él es hijo único, y no tiene papá, por lo que prácticamente está solo, y he ido a las misas, y a los encuentros, y hoy mi mamá, me preguntaba consternada, que ¿porqué el mundo no se detenía? podían haber muertes, nacimientos, bodas, divorcios, catástrofes, y la gente, sigue en lo que está, en su trabajo, en su vida personal, y me dice, el mundo no va a parar por ti!! nunca, y es verdad, vemos como el tiempo transcurre, y todos continúan con sus vidas, hay encuentros y desencuentros, rupturas, y enlaces, lágrimas y alegría, no sé de que se trate, pero creo que es la vida, pero si nos detenemos un momento, podemmos encontrar tanto!!, hay un gran tesoro, al instante en el cual te detienes, donde finalmente, te vas encontrando a tí mismo, y vas comprendiendo que este mundo material, es sólo trascedental todos tenemos sed, sed de amor, de llenar nuestro vacío, la diferencia, es que cada quién lo expresa de manera diferente, pero todos sentimos lo mismo, o al menos, la mayoría, y aquellos que han alcanzado la plenitud, benditos sean!, porque a mí me falta un largo camino, y quiero hacerlo de la mejor manera, siempre siguiendo mis instintos y mi corazón. Para mí es muy importante compartir con ustedes todo esto, porque si todos estamos unidos, y compartimos nuestro sentir, nos apoyamos unos con otros, y podremos avanzar de mejor manera.

La segunda oportunidad

Las Sibilas, hechiceras capaces de prever el futuro, vivían en la antigua Roma. Cierto día, una de ellas apareció en el palacio del emperador Tiberio con nueve libros; dijo que allí estaba escrito el futuro del Imperio, y pidió diez talentos de oro por los textos. A Tiberio le pareció un precio elevadísimo y no los quiso comprar.

La Sibila se marchó, quemó tres libros, y regresó con los seis restantes. “Cuestan diez talentos de oro”, dijo. Tiberio soltó una carcajada, y la echó del palacio. ¿Cómo se atrevía a vender seis libros por el precio de nueve?

La sibila quemó tres libros más y volvió ante Tiberio sólo con los tres volúmenes que habían restado: “También cuestan diez talentos de oro”. Intrigado, Tiberio acabó comprando los tres volúmenes, y sólo pudo leer una pequeña parte del futuro.

Estaba contándole esta historia a Mônica, mi agente y amiga, mientras íbamos en coche a Portugal, y al terminar me di cuenta de que estábamos pasando por Ciudad Rodrigo, en la frontera con España. Justamente allí, cuatro años atrás, alguien me había ofrecido un libro, y yo no lo había querido comprar.

Durante el primer viaje de divulgación de mis libros en Europa, había decidido almorzar en aquella ciudad. Después fui a visitar la catedral y encontré a un padre. “Vea como el sol del atardecer hace todo más bonito aquí adentro”, me dijo. Me gustó el comentario, conversamos un poco, y él me guió por los altares, claustros y jardines interiores del templo. Al final, me ofreció un libro que había escrito sobre la iglesia, pero yo no lo quise comprar. Cuando salí, me sentí culpable; yo era escritor, estaba en Europa tratando de vender mi trabajo: ¿por qué no comprar el libro del padre, por solidaridad? Pero después olvidé el episodio. Hasta aquel momento.

Paré el coche; no me había acordado de la historia de los libros sibilinos por casualidad. Nos dirigimos a la plaza que hay frente a la iglesia, donde una mujer estaba mirando al cielo.

- Buenas tardes. Estoy buscando a un padre que escribió un libro sobre esta iglesia.

- Ese padre, que se llamaba Estanislao, se murió el año pasado – me respondió ella.

Sentí una inmensa tristeza. ¿Por qué no habría dado yo al padre Estanislao la misma alegría que sentía yo cuando veía a alguien con uno de mis libros?

Fue uno de los hombres más bondadosos que conocí – continuó la mujer. Venía de familia humilde, pero llegó a ser especialista en arqueología. Ayudó a conseguir para mi hijo una beca en el colegio.

Le comenté a ella lo que me había llevado allí.

- No se culpe inútilmente, hijo mío – dijo. Vaya a visitar otra vez la catedral.

Pensé que era una señal, e hice lo que me mandaba.

Sólo había un padre en un confesionario, esperando a los fieles que no acudían. Me dirigí hacia él, que me hizo una seña para que me arrodillase, pero yo le interrumpí.

- No quiero confesarme; sólo vine a comprar un libro sobre esta iglesia, escrito por un hombre llamado Estanislao.

Los ojos del padre brillaron. Salió del confesionario y volvió minutos después con un ejemplar.

- Qué alegría que haya venido para esto! – me dijo. – ¡Soy hermano del padre Estanislao, y esto me llena de orgullo! ¡Él debe de estar en el cielo, contento al ver que su trabajo es apreciado!

Con tantos padres por allí, yo había encontrado justamente al hermano de Estanislao. Pagué el libro y le agradecí. Él me abrazó. Cuando iba saliendo, escuché su voz.

- Vea como el sol del atardecer hace todo más bonito aquí adentro – me dijo.

Eran las mismas palabras que el padre Estanislao me había dicho cuatro años antes. Siempre hay una segunda oportunidad en la vida.

Segundas oportunidades

Hola Guerreros, Tenemos muchas segundas oportunidades en la vida y cuando las sabemos aprovechar nos queda un gusto especial en el alma porque es como si nos hubiera tocado un soplo de Dios. A veces son cosas sencillas que olvidamos con el paso de los días, pero si tenemos la suerte de tropezarnos con un caso como el del libro del P. Estanislao, eso nos quedará como una marca que enriquecerá nuestra existencia…Dios nos bendiga y nos proporcione segundas oportunidades.
Marmag.09