sábado, 27 de diciembre de 2008

DESIDERATA

Camina plácidamente entre el ruido y las prisas,
y recuerda que la paz puede encontrarse en el silencio.
Mantén buenas relaciones con todos en tanto
sea posible, pero sin transigir.
Di tu verdad tranquila y claramente;
Y escucha a los demás, incluso al torpe y al ignorante.
Ellos también tienen su historia.
Evita las personas ruidosas y agresivas,
pues son vejaciones para el espíritu.
Si te comparas con los demás, puedes volverte vanidoso
y amargado porque siempre habrá personas más grandes o
más pequeñas que tú.
Disfruta de tus logros, así como de tus planes.
Interésate en tu propia carrera, por muy humilde que sea;
es un verdadero tesoro en las combiantes visicitudes del tiempo.
Sé cauto en tus negocios, porque el mundo
está lleno de engaños.
Pero no por eso te ciegues a la virtud que puedas encontrar;
mucha gente lucha por altos ideales
y en todas partes la vida está llena de heroísmo.
Sé tu mismo, especialmente no finjas afectos.
Tampoco seas cínico respecto al amor,
Porque frente a toda aridez y desencanto,
el amor es tan perenne como la hierba.
Acepta con cariño el consejo de los años,
renunciando con elegancia a las cosas de la juventud.
Nutre la fuerza de tu espíritu para que te proteja en la inesperada desgracia, pero no te angusties con fantasías.
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.
Más allá de una sana disciplina, sé amable contigo mismo.
Eres una criatura del universo, al igual que los árboles y las
estrellas; tienes derecho a estar aquí.
Y, te resulte o no evidente, sin duda el universo
se desenvuelve como debe.
Por lo tanto, mantente en paz con Dios, de cualquier
modo que le concibas, y cualesquiera sean tus
trabajos y aspiraciones, mantente en paz con tu alma en
la ruidosa confusión de la vida.
Aún con todas tus farsas, cargas y sueños rotos,
éste sigue siendo un hermoso mundo.
Ten cuidado y esfuérzate en ser feliz.
MARIO

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