Risible. Ese fue el adjetivo con el que califiqué al acto de “unión aliancista” propuesto por Carlos Franco y que consistía en unir “a toda la familia blanquiazul”. A la luz de los acontecimientos, ¿alguien no me acompaña en el comentario?
Tras el 1-4 de Cusco y de tener el Aurich a dos puntos, Alianza Lima camina ahora por el borde del precipicio que te lleva al descenso. Si yo pensaba que Alianza no bajaba (lo escribí en dos post), ahora no me animaría a volver a afirmarlo: los grones están haciendo todo mal. Eso sí, pienso que la primera opción para irse la tiene el Atlético Minero. El domingo estaremos más cerca del desenlace. Sin embargo, hay tela en tienda íntima para cortar.
El arquitecto, delfín de Manuel Burga, nos ha demostrado que aprendió la cualidad más llamativa del titular de la FPF: el pasapiolismo. Si hace tres semanas inflaba el pecho para afirmar que Richard Páez se quedaba en Alianza sí o sí, al más puro estilo de “yo mando aquí”. Desde hace cinco días es no habido: al venezolano lo echaron Mauricio Prado y uno más que no recuerdo su nombre.
Pensar que Páez tiene la culpa de que Alianza tenga un pie en segunda división es una tontera. Páez dejó al equipo como lo encontró luego del paso de Pepe Soto, curiosamente, el sucesor que la dirigencia Franco ha escogido para intentar quedarse en primera. Aplaudo la valentía de Soto, habla bien de él y del cariño que siente por el club, amén de que su carrera aún esté en pañales.
Prado ha dicho: “Soto pasará a la historia como el técnico que salvó a Alianza de la baja”. Por favor, quiero que lean la frase de nuevo y piensen, con calma, cómo qué pasará a la historia de Alianza el directivo Prado. ¿Alguien lo sabe? Yo sí: como el tipo que quiso hacerle el equipo a un técnico de primer nivel, a un profesional capacitado, a un tipo que vino a trabajar y que, si no pudo hacerlo, en parte fue al plantel y al desastre que los principiantes directivos de Matute construyeron con tesón y ahínco desde enero hasta le fecha.
En su sano juicio, ¿creen que Wally Sánchez es mejor que Ricardo David Páez? Yo no. Sánchez es un quimboso como lo es Viza y como lo fueron Cordero y muchos más; es decir, uno de los prescindibles en equipo grande y con seguridad crack en provincias.
El hijo del ex DT es mucho más jugador, esto a ojos cerrados. Sin embargo, Prado tenía la idea contraria (habría que escucharlo hablar de fútbol, de táctica, de referentes en puestos, en técnicos, de ideas y filosofías de fútbol para saber ante qué tipo de dirigente estamos), obligando a Páez técnico a hipotecar su permanencia al resultado.
¿Echar a un DT a tres fechas del final, con el fixture que tienen, no denota desesperación?, ¿No es acaso, un manotazo de ahogado?, ¿No desnuda las evidentes y gigantescas limitaciones en el cuerpo dirigencial aliancista?
Anoten: Martín Hidalgo, Henry Quinteros, Wilmer Aguirre, Wally Sánchez, George Forsyth y Manuel Corrales, todos peruanos repatriados por Alianza Lima en su intento de reforzar el plantel. De ellos, el único que cumplió, y con creces, es el ‘Zorrito’. Sin sus goles, les aseguro que Alianza ya estaría como el Boys, en segunda. ¿Para qué trajeron tanto de lo mismo? ¿Cuál es la política, si acaso la tiene, de la Comisión de Fútbol del club?
Aunque ahora que lo pienso, llamar Comisión de Fútbol a tipos que armaron semejante desaguisado también es risible.
Si Alianza empata el domingo (juega con Cristal) y Aurich (local ante A. Atlético) y Minero (visitante ante Áncash) ganan sus partidos, los tres igualarían en puntaje, definiendo todo en la fecha final donde, precisamente, Minero recibe a Alianza Lima.
A ver si ahora Franco convoca a toda la familia aliancista para rezar y pedir al Señor de los Milagros una ayudita.
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