Me miro, transformado con la forma de mi sueño.
Al acariciarte es mi reflejo el que acaricio en el espejo de tu cuerpo.
Me miro, así, todo yo vuelto carne tuya, belleza que amo, seda que acaricio
en tus mejillas.
Sabor de tu piel en la blanca corola de tus senos
Y en la oscura y dulce fruta de tu sexo.
Me miro, transformado con la forma
Lento y deleitoso te recorro, con mis dedos más sabios en
formas que los de Fidias, y vuelvo a un cinturón de oro...
Mis brazos en torno a tu cintura, mientras ávidas mis piernas
-como lianas- se enredan en las tuyas, al tiempo que no hay límite...
Entre tu boca y la mía.
¿Tú o yo?
¿Cuál soy?
¿O cuál tú eres?
Fundidos en el placer...
Todo se borra, y sobre el lecho, entre los deshojados nardos
De las rotas guirnaldas -con que nos adornamos... Para el íntimo festejo-
sólo sé que soy llama encendido en tu aliento.
Enajenado en ti, sin tiempo... y sin fronteras.
Perdido el borde de mi cuerpo, en las oscuras aguas, sensación de delirio y del éxtasis,
Me entrego hasta morir en límbico de tu belleza...ufffffffff síii
(((La vida no es un problema para ser resuelto, es un misterio para ser vivido))). El poeta
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