Sábado 2 de Octubre del 2010
A pocas horas de las elecciones municipales y regionales es necesario reflexionar antes de enfrentarse al ánfora. Esto demanda un análisis de las trayectorias políticas, profesionales y éticas de los candidatos y auscultar la calidad e idoneidad de los grupos políticos y técnicos que los acompañan. ¿Quién tiene la visión, empuje, carácter y honestidad para dirigir el desarrollo de la ciudad o la región?
El voto no puede ser emocional sino producto de la razón y la responsabilidad pues estamos eligiendo a quien gobernará –o desgobernará–la ciudad o región por los próximos cuatro años. Esto tiene directa incidencia en nuestra calidad de vida y el desarrollo económico, social y cultural del país. Para votar, entonces, tenemos que informarnos adecuadamente.
Tal es la preocupación que anima a este Diario y que nos ha llevado a recorrer el territorio nacional con audiencias regionales y locales, organizar debates públicos y mesas redondas en Lima y las principales capitales de provincias, así como publicar las Propuestas para una Agenda de Gobierno –municipal y regional– 2010, guías compendiadas que recogen el espíritu de la población.
En el caso de la capital del Perú destacamos en la agenda municipal que: “Lima necesita ser pensada, precisamente por su desmesurado y desordenado crecimiento, desde una perspectiva realista de por lo menos 20 años; con una visión metropolitana de mediano y largo plazo mayor al estrecho punto de vista que ha prevalecido hasta hoy de cara a un archipiélago de competencias distritales y a una asimétrica relación de este con la autoridad provincial”. Los principales problemas que la agobian son la inseguridad ciudadana, el caos del transporte, el desorden urbano, la falta de saneamiento, la despreocupación por el medio ambiente y el obsoleto sistema de apoyo social.
En seguridad, como quedó claro en el debate televisivo organizado por El Comercio, la ciudadanía exige un liderazgo capaz de articular una monumental tarea, que depende específicamente del Ministerio del Interior. No obstante, la municipalidad puede convocar al resto de entidades vinculadas con la seguridad, unificando los sistemas de serenazgo, instalando cámaras de vigilancia y escuchando a los vecinos que sufren y saben mejor que nadie cuáles son los focos de criminalidad, venta de drogas, pandillaje, etc.
En el caso del transporte, quien asuma el cargo ha de sopesar las mejores alternativas con criterio técnico y financiero, y sin caer en la mala práctica de borrar la huella de la gestión anterior.
El desorden urbano, derivado del tráfico de tierras y las invasiones, ha llevado a un crecimiento desarticulado. El tema está vinculado con los niveles de pobreza y migración, pero también con la corrupción. El objetivo es desconcentrar, planificar, encaminar la participación del sector privado para crear urbanizaciones populares y así reducir el déficit de viviendas.
Lima requiere una autoridad edilicia comprometida con la protección ambiental. Especial atención debe darse a las cuencas de los ríos Chillón, Rímac y Lurín y a la creación de nuevos parques y áreas verdes.
La nueva autoridad deberá estar preparada para asumir competencias propias de un gobierno regional ya que se le transferirán asuntos relativos al manejo de la educación primaria y la salud. Esperamos que esta lid culmine en un clima de entusiasmo y colaboración que fortalezca el sistema democrático, para bien de la ciudadanía.
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