Estas costas que tú dejaste a mi cuidado
son ahora leñas para los incendios y letras para lor peores troveros
que con sus fuegos multicolores amenazan convertir la bahia
es un espectáculo de fiera
con el único propósito de lanzarnos horóscopos y anagramas
donde se pudre mi nombre pero jamás el tuyo
Estas costas que tuve bajo mi vigilia
son hoy un mausoleo de naves con sus maderos descompuestos
donde a su sombra entonan valses algunos ciegos de manos extendidas
entre los cuales figuro yo
el cantante harapiento
Sin embargo me levanto de mi puesto de vigia cada madrugada
y antes que la borrasca de vino y música me confunda
vigilo el horizonte sólo por ver si tu apareces
nuevamente
Asi, cada dia, cumplo mi mision de ver tu retrato
flotar en las inciertas aguas
aunque no tengas un buzón dónde echar una carta
ni una cabina desde donde poder discar tu número de telefono.
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