En la extencion de todos los años que no saben contarse
hemos llegado siempre después, cuando la oscuridad helada
ya se halla tras de nuestra piel, en toso sitio
esperándonos.
¡ El calor afilado de la ultima vez , apenas eso es
lo que suena desde los cactus calcinados, prometiéndonos !
Entetanto, aposentados en el acecho de lo que no retornará
con el sol, ¡ comó saber si somos nuestra soledad atándonos
a la negrura, o si somos la negrura que alma de disfraz tiene !
Si tu risa sin fiebre mis manos han tocado
o si están cubiertas de sangre , no lo saben
Un sabor triste , dentro del pecho, sin su fruto
imagina reconocer algo tuyo etraviándose.
¡ Lengua tu de la noche insondable de bocas
que me antojan, desmemóriame !
Con murallas de sangre de los míos me separan, cercándome.
¿ Tenemos de qué , si ya no existo ?
Me enterraron dispersoy distante de mí , entre osamentas que se desconocen.
Tenemos de qué ?
Ak fin de la noche ninguna voz camina
nos han hecho creer que esa voz atendemos
El final de la noche no da sombra :
nos han querido hacer creer que esa sombra somos.
¡ Candela castrada, no tallo bajo cielo, que se quiebra,
el aqui mentiroso, por su flor alejada distinguimos !
Sin pretexto de altura nos juntamos al final de la noche
y sobre hogueras hembras crezco al viento que no se ruboriza.
Un silencio nomás necesito para poder volver a comenzar
¡ En ese silencio, conviérteme !
Una palabra nomás quiero para volver a comenzar
¡ En esa palabra , reencárname !
Una canción nomás quiero para poder volver a comenzar
¡ En esa canción, regrésame !
¡ Has que reviva en mí el hermano errante
que solamente sobre brisas descansa !
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