Esta es la primera octava del canto VIII Ercilla pone en boca de un indio su propia cuita :
Un limpio honor del anima ofendida
Jamàs pude olvidar aquella afrenda
trayendo al hombre asi escogido
que de ellos sin hablar de larga cuenta.
y en el mayor contento desabrido
se le pone delante, y representa
la dura y grande afrenda con el miedo
que todos le señalen con el dedo
Canto XXVIII de la parte III
Y yo que, tan sin rienda, al mundo he dado
el tiempo de mi vida mas florido,
y siempre por caminos, despeñado
mis vanas esperanzas he seguido,
visto ya el poco fruto que he sacado
y lo mucho que a Dios tengo ofendido,
conociendo mi error de aqui adelante,
sera razon que llore y no cante
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