EDIPO

Y el tiempo de los grandes
hielos de antes de despues de la vida
atrás háse dejando colgando d el vacio
en cuyo fondo el viento , que mueve tiempos, sangra
¡Ausentes!
Al balcón de la hembra del arco iris,, ahora sí
hemos llegado. Otro arco iris hembra gime
y sólo de gozarse se atormenta
al finde las llanuras enlutadas ¡ Confundido en lejuras
revolcadas, la llamo, Francis
hazme negar del frio! Y sin sus ellas, ella
se precipita en retazos de lava
Tus montañas que no veo, difuminandolas
en la noche.

¡ Hemos aqui, abrazados, como si amáramos !

Lejos y devajo de nosotros velan las cumbres iridiscentes
El tiempo se corona, innumerablemente, con el tiempo
de los hielos que crecen . Los hombres cortan trozos de tiempo
cristalino. ¡ Colores ! Mientras mas hurtan lo sagrado, el cuerpo
de los cerros, más y más crecen estos en su cuerpo hecho
de hambre de salinares. Rojas, diradas rojas, negras, granates
bocas de sal de todos los amores
comen rocío , aguaceros, vientos , beben cualquier cansancio
del aire resecado y, siempre de repente , ya no estan donde están
Música que sin haberse escuchado, fallecen. Lejanías
que sin poder siquiera morir, se morirían. Desde lo alto
recientes nuevamente, nos miran
"Viento" , me llama ella. "hazme volver del frío".

¡ Como ojos que no sirven, henos aqui, sin lagrimas!

¿Quizas no hemos subido, por el tiempo, regresando?
los hielos negros cantan , ¡Entonces, pues, cantemos!
La hora, quema peor que granizo cuando adelgaza
¡Entonces, pues, vivamos todavías! En la profunda cima
lejos de nuestros ojos , lejos de nuestras bocas
¡henos aquí, a nosotros, que ya estamos allá!
Aquí donde ni se oye
casi, apenas, el alma
de los silencios que respiran, sólo lo lejos crece.
¡Para nada, lloviznar, confundes las edades
de una casta finada, con el tiempo del hombre,
y a la historia le mientes ! ¡ para nada
transformaste las casas de mis muertos antiguos
en pasto de turistas!
Ya seguir ya no puedo
dice quien sabe
que habrá de seguir siendo
después que acabe

Nagorito.