martes, 10 de febrero de 2009

LEYENDA ANONIMA

Aquella noche de abril
no era otoño
cuando me cosí
a tu cuerpo de alacrán.

Tus grandes y generosas
tetas llena de leche
saborié.

Mamando de tus enormes
pezones eróticos,
cual recién nacido:
así me alimentaste
para no morir
aquella noche de abril.

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