viernes, 27 de noviembre de 2009
EL REY QIN BEBE VINO
El rey de Qin cabalga sobre un tigre, recorre los ocho confines
El brillo de su espada ilumina el verde azul del cielo.
Xihe2, fustiga al sol con un tintineo de cristal.
Las cenizas del mundo desaparecen, pasado y presente se apaciguan.
Cabezas de dragones escancian vino invitando a la Estrella del Licor
Mandolinas talladas en oro resuenan en la noche;
los pies de la lluvia en el lago Dongting entonan sus flautas
y ebrio de vino, hago retroceder a la luna.
Las nubes plateadas, peinadas, acunan el brillo de la estancia,
el guardia de la puerta de palacio informa de la hora prima.
Fénix de jade de la torre florida, de voz suave e intensa
Adornos encarnados, sedas de mar, con aromas claros, limpios
Cisnes amarillos tropiezan al bailar. ¡Brindemos por mil años!
La cera ligera humea resbalando por el árbol de las velas de los inmortales,
las lágrimas inundan los ojos ebrios de “La Cítara Azul”.
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