lunes, 4 de octubre de 2010

Hacia un nuevo mapa político

Casi 20 millones de ciudadanos fueron convocados a elegir por medio del voto a sus representantes para los 25 gobiernos regionales, las 195 alcaldías provinciales y las casi 2,000 alcaldías distritales, en unos comicios que tuvieron como característica principal –salvo episodios aislados– una casi total tranquilidad y una abultada participación ciudadana. Aquellos tiempos en que el terrorismo podía perturbar las elecciones quedaron atrás.

Contamos por el momento con resultados extraoficiales, pero los mismos permiten ya variedad de lecturas y análisis a partir del nuevo mapa político que se va configurando, con cargo a volver de forma más detallada sobre muchos casos conforme se conozcan las cifras definitivas. Una primera anotación sería que estos resultados ratifican la profunda crisis en la que se debaten los partidos políticos nacionales, que ceden paso a movimientos locales en las regiones o se han visto obligados a pactar asociaciones.

En lo que se refiere a las elecciones regionales, hay que anotar que la batalla electoral solo se encuentra definida en unas cuantas, puesto que la nueva legislación electoral establece la obligatoriedad de realizar una segunda vuelta en todas aquellas regiones en las que el candidato o grupo ganador no supere el 30%. Hay que anotar que la posibilidad de ir a la segunda vuelta ha evitado el excesivo encono que se dio en anteriores comicios regionales. En efecto, ¿a qué pelearse con quien puede resultar nuestro aliado en la segunda futura vuelta?

De todos modos se han dado sorpresas. El golpe es especialmente duro para el Apra, que es el partido mejor organizado. El 2002, el PAP ganó en 12 regiones; en 2006 únicamente en tres; y en 2010 acaso podría ganar en una, con la salvedad de que esta vez, el señor Murgia pelea voto a voto la simbólica región de La Libertad con Manuel Llempén de Alianza para el Progreso, que resulta reelegida con César Acuña en la ciudad de Trujillo, cuna del aprismo.

Otro candidato ganador en primera vuelta ha sido Juan Manuel Guillén, quien superó la valla del 30% al frente de su agrupación Fuerza Arequipeña, que contó con el apoyo del PNP. El resultado proyecta nuevamente al ex burgomaestre mistiano al escenario nacional, donde tal vez será cortejado para alguna vicepresidencia.

Concluimos con la victoria en Piura del empresario Javier Atkins, del novísimo movimiento Unidos Construyendo. El suyo ha sido un triunfo ganado a pulso, pues no era tarea fácil desalojar a César Trelles (PAP) de la presidencia regional. Este análisis continuará con otros resultados regionales, donde, en general, se registra un retroceso de los partidos nacionales frente a fuerzas locales. Y, por cierto, con el análisis de lo ocurrido en la alcaldía de Lima, con final de fotografía

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