viernes, 16 de diciembre de 2011
¿Quien te inspira?
¿Quién te inspira?
Del 26 al 29 de septiembre, el Dalai Lama se unió en Vancouver con un grupo de visionarios –entre ellos varios ganadores del Premio Nobel–, en una cumbre internacional de la paz. El obispo Desmond Tutu y Eckhart Tolle estaban entre los presentes. Este grupo de individuos inspiradores, me hizo pensar en los modelos de conducta, los héroes y las figuras que mueven nuestros corazones.
Algunas personas inspiran a millones a través del trabajo de sus vida. Podemos ser inspirados por artistas, líderes, actores, escritores, científicos, genios y atletas. Cualquier persona que desafía los límites de la capacidad humana puede captar nuestra atención y provocar admiración en nuestra imaginación. Ellos nos hacen sentir que las posibilidades son infinitas, que los límites que nos hemos puesto a nosotros mismos, también pueden ser superados. Una cosa que me fascina es cómo muchas de las personas que han capturado la atención del mundo, lo han hecho contra todos los pronósticos. De Oprah Winfrey a Coco Chanel, estas historias de la pobreza a la riqueza parecen encender la chispa de la posibilidad en todo el mundo.
Hoy en día, tratamos de producir masivamente la metamorfosis de la normalidad a la celebridad, a través de los innumerables “reality shows”, y concursos de búsqueda de talentos e ídolos, que se han propagado a través de las redes de televisión de todo el mundo. El fenómeno Susan Boyle representa el deleite que sentimos con la idea idílica de ese descubrimiento: el diamante en bruto, la belleza y la magia en el más común de todos nosotros.
Estas personas te están mostrando tu propio potencial. Si admiras algo en otros, busca las maneras de ser más de eso, tú mismo. El ego nos dice: “Ellos son mejores seres humanos que tú”, pero la voz del corazón susurra: “Tú puedes ser eso”. Esa es tu grandeza. Admiro a gente de todos los sectores de la vida. A Nelson Mandela, cuya aceptación de la realidad le ayudó a encontrar la libertad interior, incluso en prisión. A Michelle Bachelet, la presidente de Chile, un ser humanitario antes que político, cuyo compromiso con el bienestar de su pueblo resistió el desdén público, para luego cosechar el nivel de aprobación más alto para un presidente en los últimos 20 años, como una madre, cálida pero firme, que sabía que sus hijos le agradecerían más tarde haber insistido en hacer lo correcto. Admiro a Osho, cuya sacudida incesante de las limitaciones y la rigidez de una cultura basada en el miedo, le hizo difamado en la vida y venerado en la muerte, y a la Madre Teresa, cuyo servicio compasivo hablaba un lenguaje más allá de las barreras de la religión y conmovió tantos corazones.
Mi abuela también fue una gran fuente de inspiración en mi vida. Su valor y su aceptación incondicional me ayudaron a confiar en mí misma y en mi capacidad. Hoy, me siento inspirada por todos los que trabajan para elevar la conciencia de la humanidad, y tengo la fortuna de vivir y trabajar con un grupo de personas dedicadas a eso exactamente. En última instancia, me siento inspirada por los corazones de la gente. Admiro la grandeza, independientemente de las opiniones de la persona. Estoy conmovida por la pasión de los visionarios de caminos de vida totalmente diferentes y a veces diametralmente opuestos. Pueden venir de partidos políticos que compiten. Pueden tener sistemas de creencias totalmente incompatibles. Pero lo que admiro, no es su política o su punto de vista; es el poder en sus corazones, la verdad de sus corazones.
De esto se trata la vida, de ser fiel a tu corazón. No de estar en lo correcto o incorrecto. Si votas por la izquierda, la derecha va a decir que estás equivocado. Si votas por la derecha, la izquierda va a decir que estás equivocado. Siempre habrá esa dualidad. Siempre habrá alguien que esté de acuerdo y alguien que no esté de acuerdo. Los católicos creen que Jesús es grande, pero estoy segura de que hay millones de personas que no lo creen. ¿Significa eso que no es una gran inspiración, sólo porque muchas personas no están de acuerdo?
¿Quién te inspira en tu vida? ¿Y por qué? No dejes que esos héroes sean solo un ideal que miras hacia arriba, sino un recordatorio de tu propio potencial. No necesitas realizar hazañas extraordinarias para vivir una vida extraordinaria, y tampoco es necesario tener los ojos del mundo sobre tus acciones para que sean valiosas. Tú mismo estableces su valor, a través de tu propia pasión y tu propio compromiso con tu evolución y crecimiento como individuo. Vamos a usar a nuestros héroes para ser más. Para caminar hacia esos ideales que tanto admiramos.
¿Quiénes son tus héroes? Tal vez algunas de las personas que he mencionado, o tal vez alguien más. ¿Qué te han enseñado sobre ti mismo y tu propio potencial? Me gustaría oír hablar de eso en la sección de comentarios.
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