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Que gusto tan dulce tiene la segunda oportunidad…
Qe bello es sentir la misericordia en uno mismo, por fin habrir puerta ventana y dejar que corra el aire y penetre la luz salvadora en nosotros.
Y sabe dulce porque no es merecida…..es regalada por Dios.
Ahora se que si uno no es humilde y no acepta el regalo Divino jamas tiene esa segunda oportunidad, en verdad solo existe un combate y es contra nosotros mismos.
Gracias Paulo……que dulce sabe una segunda oportunidad.
Esto me hace recordar la cancion popuar americana “Amazing Grace”.
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