Caminando por las calles vacías,
con un inmenso cielo obscuro,
con pequeños diamantes brillando,
una luna que ilumina mi camino,
mostrándome lo sola que estoy.
La luna brilla a todo su esplendor,
recordándome a ti, ser divino, que
con la luz de la luna apareces ante mi,
como una silueta que reconozco sin
preguntarme quien será.
Caminas hacia mi, despacio, para que no
me percate de tu presencia, sigilosamente
tratas de llegar a mi sin que me de cuenta
que has estado detrás de mi durante todo
éste camino solitario.
Mi lobo, ese eres tú, cuando me percato de ti,
tu sola presencia me llena ese vacío inmenso
que cada día crece al darme cuenta que
no estás a mi lado aún, ese vacío que crece
y que tengo miedo que me lleve con él.
La luna llena, en lo mas alto del cielo estrellado,
hace que me acuerde de ti, que sienta como si
tu estuvieras aquí, esa luna hermosa que sabe
que hace que piense en ti con solo mirarla
en ese cielo obscuro.
Mi lobo, donde andas, que cada día extraño,
tu presencia, esa compañía que por cosas
de la vida me he mal acostumbrado a tener de ti,
donde andas amor, que cada día que pasa
te pienso y me pregunto que será de ti.
Pero como lobo que eres, vagando por todo el mundo,
solo me queda esperar el aullido que me haga saber
que estás ahí, ese sonido que tanto espero,
para que mi corazón lata a todo lo que da,
para estar contigo en la eternidad.
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