Península de Ojima
Ojima es una estrecha lengua de tierra que penetra en el mar. Todavía hay vestigios de la ermita del bonzo Ungo y aún puede verse la roca sobre la cual meditaba. Se entreven algunos devotos que viven a la sombra de los pinos, retirados de la vida mundana. Habitan apaciblemente en chozas de paja, de las que sale continuamente el humo de los conos de pino y hojas secas que queman. Aunque no sabía qué clase de gente realmente era aquélla, sentí unas extrañas ganas de conocerlos, pero cuando me acercaba a una de sus chozas me detuvo el reflejo de la luna sobre el mar: el paisaje de Matsushima se bañaba ahora en una luz diferente a la del día anterior. Regresé a la playa y me hospedé en su parador. Mi cuarto estaba en el segundo piso y tenía grandes ventanas. Dormir viajando entre nubes, mecido por el viento. Extraña, deliciosa sensación.
En Matsushima
¡sus alas plata pídele,
tordo, a la grulla! (Sora)
Me acosté sin componer poesía pero no pude dormir. Recordé el poema chino sobre Matsushima que Sodo me regaló al abandonar mi choza. También Anteki Hara me había dedicado un tanka con el mismo tema. Abrí mi alforja e hice de esos dos poemas los compañeros de mi insomnio. Había también los haikú de Sampu y Dakushi. (1)
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Notas:
Yagamuchi Sodo (1647-1716), poeta en haikai; Hara Antequi (se desconocen las fechas de su nacimiento y muerte), poeta en tanka; Sampu; Nakagawa Dakushi (tampoco se saben las fechas de su nacimiento y muerte), poeta y discípulo de Basho.
Sugiyama Sampu (1648-1733). Comerciante acomodado de Edo (Tokio), protector de Basho y discípulo suyo. Fue poeta de cierta distinción.
Puente en la Isla Ojima
miércoles, 2 de diciembre de 2009
sábado, 28 de noviembre de 2009
EL GRAN PREFACIO DEL LIBRO DE LAS ODAS
al libro de las odas «Guanju» representa la virtud de la Reina Consorte y es el principio de la sección llamada «Vientos». Como con este poema se puede tener influencia sobre el mundo entero y se pueden corregir las relaciones entre esposo y esposa, se lo emplea primero para la gente de las regiones, y después para la gente de los ducados y los reinos. «Viento» significa «enseñar». Con los «vientos» se los conmueve, y con la enseñanza se los transforma. El poema (shi) es el lugar adonde van las aspiraciones. En el espíritu son aspiraciones; pero cuando se ponen en palabras pasan a ser un poema.
Las emociones, entonces, se producen en nuestro fuero interno y toman forma en palabras. Como las palabras por sí solas no alcanzan, las suspiramos; como tampoco alcanza con suspirarlas, las cantamos –y sin saberlo empezamos a danzarlas con nuestras manos y nuestros pies. Las emociones se disponen así en la voz, y cuando la voz adquiere un patrón regular, se puede hablar de tonos. Los tonos de una época de orden son tranquilos y alegres: su gobierno está en paz. Los tonos de una época de desorden son de queja y enojo: su gobierno va en contra de las reglas. Los tonos de un país destruido son de lamento y reflexión: su pueblo sufre.
Así, si se quiere corregir la presentación de los logros y de las faltas, si se quiere mover Cielo y Tierra y conmover los espíritus, nada mejor que las Odas. Los reyes de la antigüedad las usaban para regular la relación entre esposa y esposo, para inculcar la piedad filial y el respeto, reforzar la eticidad de las relaciones humanas, embellecer la enseñanza y transformar a las personas, y mudar, finalmente, las maneras y costumbres. Por eso las Odas tienen seis formas de sentido: los «vientos»; la exposición de hechos; la comparación; la evocación; los himnos; los elogios.
Los superiores transforman a los inferiores por medio de los «vientos», y es también por medio de los «vientos» que los inferiores critican a sus superiores. Si el que habla sigue un patrón bello para criticar, no está cometiendo ningún delito, y con esto ya le alcanza para dar una advertencia a quien lo escucha. Por eso se llaman «vientos».
Ahora bien, cuando el camino real entró en decadencia, cuando los ritos y el sentido de lo justo se descompusieron y el gobierno y la enseñanza se perdieron, y cuando cada país tuvo su propia política y cada casa sus propias costumbres, se crearon «vientos» e himnos alterados. Los historiadores de cada país comprendieron bien las marcas de los logros y de las faltas; se dolían de la desaparición de la eticidad en las relaciones humanas y se lamentaban del peso del gobierno y de los castigos y penas; cantaban sus emociones para criticar a sus superiores; llegaban a entender que las cosas habían cambiado y sentían nostalgia por las viejas costumbres. Por eso los «vientos» alterados se producían en las emociones y se asentaban en el ritual y el sentido de lo justo. Que se produzca en las emociones forma parte de la naturaleza del pueblo; y que se asiente en el ritual y en el sentido de lo justo forma parte de la herencia de los antiguos reyes.
Así, cuando los asuntos de un solo Estado se atan a las raíces de un solo hombre, se llama a esto «vientos». Cuando se habla de los asuntos del mundo entero y se da forma a los hábitos de las Cuatro Direcciones, se llama a esto «elegancias», que quiere decir «lo correcto» y que habla del auge o de la decadencia de la política real. Y así como hay política «grande» y política «pequeña», hay también «elegancias grandes» y «elegancias pequeñas». En cuanto a los «himnos», son ellos los que nos dan las formas para embellecer una virtud grandiosa y los que informan a los espíritus del Cielo y de la Tierra sobre los logros de esta virtud. A estas cuatro secciones de las Odas se las llama los «Cuatro principios» y son la extrema perfección de la poesía.
Las emociones, entonces, se producen en nuestro fuero interno y toman forma en palabras. Como las palabras por sí solas no alcanzan, las suspiramos; como tampoco alcanza con suspirarlas, las cantamos –y sin saberlo empezamos a danzarlas con nuestras manos y nuestros pies. Las emociones se disponen así en la voz, y cuando la voz adquiere un patrón regular, se puede hablar de tonos. Los tonos de una época de orden son tranquilos y alegres: su gobierno está en paz. Los tonos de una época de desorden son de queja y enojo: su gobierno va en contra de las reglas. Los tonos de un país destruido son de lamento y reflexión: su pueblo sufre.
Así, si se quiere corregir la presentación de los logros y de las faltas, si se quiere mover Cielo y Tierra y conmover los espíritus, nada mejor que las Odas. Los reyes de la antigüedad las usaban para regular la relación entre esposa y esposo, para inculcar la piedad filial y el respeto, reforzar la eticidad de las relaciones humanas, embellecer la enseñanza y transformar a las personas, y mudar, finalmente, las maneras y costumbres. Por eso las Odas tienen seis formas de sentido: los «vientos»; la exposición de hechos; la comparación; la evocación; los himnos; los elogios.
Los superiores transforman a los inferiores por medio de los «vientos», y es también por medio de los «vientos» que los inferiores critican a sus superiores. Si el que habla sigue un patrón bello para criticar, no está cometiendo ningún delito, y con esto ya le alcanza para dar una advertencia a quien lo escucha. Por eso se llaman «vientos».
Ahora bien, cuando el camino real entró en decadencia, cuando los ritos y el sentido de lo justo se descompusieron y el gobierno y la enseñanza se perdieron, y cuando cada país tuvo su propia política y cada casa sus propias costumbres, se crearon «vientos» e himnos alterados. Los historiadores de cada país comprendieron bien las marcas de los logros y de las faltas; se dolían de la desaparición de la eticidad en las relaciones humanas y se lamentaban del peso del gobierno y de los castigos y penas; cantaban sus emociones para criticar a sus superiores; llegaban a entender que las cosas habían cambiado y sentían nostalgia por las viejas costumbres. Por eso los «vientos» alterados se producían en las emociones y se asentaban en el ritual y el sentido de lo justo. Que se produzca en las emociones forma parte de la naturaleza del pueblo; y que se asiente en el ritual y en el sentido de lo justo forma parte de la herencia de los antiguos reyes.
Así, cuando los asuntos de un solo Estado se atan a las raíces de un solo hombre, se llama a esto «vientos». Cuando se habla de los asuntos del mundo entero y se da forma a los hábitos de las Cuatro Direcciones, se llama a esto «elegancias», que quiere decir «lo correcto» y que habla del auge o de la decadencia de la política real. Y así como hay política «grande» y política «pequeña», hay también «elegancias grandes» y «elegancias pequeñas». En cuanto a los «himnos», son ellos los que nos dan las formas para embellecer una virtud grandiosa y los que informan a los espíritus del Cielo y de la Tierra sobre los logros de esta virtud. A estas cuatro secciones de las Odas se las llama los «Cuatro principios» y son la extrema perfección de la poesía.
LA PLANTA SEDA DE LA CHINA
La tradición de enseñar poesía china y la apreciación de la misma tienen sus raíces en el Shih Ching, o Libro de las odas. Este es la colección más antigua de poemas chinos y reconocido como la fuente de la mayoría del verso chino. Siendo el punto de partida de la literatura china, el libro durante largo tiempo ha servido como un motivador artístico, influyendo en la simplicidad rítmica de la poesía china. No obstante, para el botánico Pan Fu-chun, el libro también brinda una perspectiva científica sobre las personas que lo escribieron y sus vidas hace muchos siglos.
"La ciencia puede aumentar la apreciación literaria de una persona", insiste Pan, científico especializado en botánica. Opina que el estudio literario del libro ha sido muy profundo, mientras que el análisis científico de las plantas, animales y objetos mencionados en la obra ha sido escaso.
Las referencias sobre el reino vegetal abundan entre las cubiertas del Libro de las odas. Por ejemplo, el poema Tao yao, que literalmente significa durazno encantador, narra la historia de una niña perdida en una fantasía acerca de un matrimonio feliz, mientras vaga por un huerto exhuberante de árboles de durazno, disfrutando del dulce aroma de los duraznos en flor:
El árbol de durazno es joven y elegante; Brillantes son sus flores. Esta doncella va a su futuro hogar Y ordenará bien su recámara y casa.
Tao yao, las Odas de Chou y del Sur, son representativas de la mayoría de los poemas encontrados a lo largo del Libro de las odas. Estos son poemas de campesinos, dicen los intelectuales. La estructura de sus frases es sencilla y poco refinada, y aunque el vocabulario es básico, manifiesta un mensaje profundo que deja una impresión vívida en el lector. Aún así son sorprendentemente ricos en cuanto al contenido, frescos en el estilo, y variados en forma. Muchas líneas del Libro de las odas han sido citadas en el curso de los siglos y aún siguen siendo dichos populares hoy en día.
El siguiente es un trozo famoso de Chien chia -- Odas de Chin en el Libro de las Odas -- que describe al poeta imaginándose a una amante que trabaja en los pantanos cercanos:
Los chien chia (juncos) son verde oscuro, Y el rocío blanco se torna en escarcha. La dueña de mi pensamiento, Está en algún sitio cerca del agua.
El chien chia es una planta común que crece en los pantanos. La familiaridad de los lectores con este tipo de vegetación les ayuda a reconstruir el paisaje en sus mentes, trayendo a la vida al poeta que canta una canción de amor.
Publicado en junio, Imágenes del Libro de las odas, es la primera referencia botánica para el estudio de la literatura clásica china.
Las imágenes vívidas y el romántico estilo narrativo de los acontecimientos que ocurren están muy entretejidos con diferentes elementos de los alrededores naturales. Indudablemente, un gran número de plantas y animales son mencionados en el Libro de las odas, así como las flores frecuentemente son un tema recurrente en la poesía de las diversas tradiciones literarias alrededor del mundo.
Los intelectuales de antaño fueron los primeros en darse cuenta de las plantas citadas en el libro. Lu Wen-yu, Chen Ta-chang, y Hsu Hsieh-chiao, de la dinastía Ching (1644-1911), así como Lu Chi, del período de los Tres Reinos, debatieron la naturaleza de la flora descrita en el Libro de las odas. Sin embargo, durante siglos no se realizó ninguna identificación positiva de estas plantas. Esto se debe en parte a la confusión al dar nombres a las especies, y también porque el libro fue escrito mucho antes de la clasificación del reino vegetal.
En las últimas décadas, botanistas e historiadores llegaron a un acuerdo acerca de cuáles plantas habla el libro. En su Tierra amarilla y el origen de la agricultura china, Ho Ping-ti explica que alrededor de 150 plantas son mencionadas en el Libro de las odas.
Añadir ésto al cuerpo de los estudios relacionados al libro, el botánico Pan coleccionó y meticulosamente comparó casi 60 versiones del Libro de las odas. El finalmente identificó 135 plantas nativas en las 305 poesías.
La flora de la obra incluye arbustos, parras, hierbas, plantas acuáticas, helechos y liquenes. En ese entonces, muchas de las plantas eran indígenas del norte de China. Como era de esperarse, un gran número de las plantas eran cosechas usadas para el comercio en vez de para la alimentación. Pan las clasificó en unos 30 tipos de vegetales cultivados o recogidos. Cinco tipos de cosechas básicas; varios tipos de frutos recogidos; tres tipos de plantas utilizadas como fibras para ropa; cinco plantas usadas para tintes; alrededor de una docena de maderas utilizadas en la construcción de albergues, muebles, vehículos e instrumentos; varios tipos de plantas no madereras usadas en la fabricación de utensilios para el hogar; y una serie de plantas decorativas y otras con significados simbólicos usadas en ocasiones festivas.
Tribulus terrestris: con su fruto espinoso, con frecuencia es considerada como una molestia y usada con connotaciones negativas en la literatura china.
Según Pan, debemos comprender la naturaleza, apariencia, distribución y uso de las plantas mencionadas en el libro para poder descubrir la sabiduría y estilo de vida de quienes lo escribieron. Solamente entonces podremos afirmar que comprendemos la íntima relación de nuestros antepasados con el mundo natural.
Los resultados de la investigación de Pan y el análisis pueden ser encontrados en su libro Imágenes de la flora en el Libro de las odas, publicado por Owl Publishing House, que se especializa en libros de referencia pictóricos. Las 135 plantas identificadas por Pan son descritas al lado con fotos de Lu Sheng-yu. Dado que solamente unas 70 de esas plantas pueden ser encontradas en Taiwan, Pan y Lu viajaron a las provincias de Hopei y Shantung, en China continental, sitios de origen de los antiguos poemas y plantas.
Las setenta plantas que crecen en Taiwan ahora pueden ser vistas en el Jardín Botánico de Taipei. Están divididas en tres regiones: Feng, Ya y Sung, de acuerdo con las tres categorías en que se divide el Libro de las odas.
Siendo un lector que está extremadamente dedicado a los clásicos chinos, Pan dijo que su curiosidad quedó insatisfecha con las escrituras y los siglos de análisis conducidos por generaciones de académicos, historiadores y hombres comunes. Decidió construir un puente entre las antiguas poesías y la ciencia natural moderna. Pan espera que este puente revele su amor por la cultura china así como su experiencia en botánica.
La intención de Pan era ayudar a que esta obra clásica llegara a los lectores contemporáneos para que la disfruten. "También instó a los expertos en fauna a unirse a los esfuerzos y hacer un estudio sobre los animales mencionados en el Libro de las odas", señaló.
El siguiente proyecto de Pan es un estudio botánico de las 75 plantas citadas en Trescientos poemas, obra de la dinastía Tang (618-907); así como sobre las 244 plantas mencionadas en el Sueño de la recámara roja.
Fotos de Chen Mei-ling
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"La ciencia puede aumentar la apreciación literaria de una persona", insiste Pan, científico especializado en botánica. Opina que el estudio literario del libro ha sido muy profundo, mientras que el análisis científico de las plantas, animales y objetos mencionados en la obra ha sido escaso.
Las referencias sobre el reino vegetal abundan entre las cubiertas del Libro de las odas. Por ejemplo, el poema Tao yao, que literalmente significa durazno encantador, narra la historia de una niña perdida en una fantasía acerca de un matrimonio feliz, mientras vaga por un huerto exhuberante de árboles de durazno, disfrutando del dulce aroma de los duraznos en flor:
El árbol de durazno es joven y elegante; Brillantes son sus flores. Esta doncella va a su futuro hogar Y ordenará bien su recámara y casa.
Tao yao, las Odas de Chou y del Sur, son representativas de la mayoría de los poemas encontrados a lo largo del Libro de las odas. Estos son poemas de campesinos, dicen los intelectuales. La estructura de sus frases es sencilla y poco refinada, y aunque el vocabulario es básico, manifiesta un mensaje profundo que deja una impresión vívida en el lector. Aún así son sorprendentemente ricos en cuanto al contenido, frescos en el estilo, y variados en forma. Muchas líneas del Libro de las odas han sido citadas en el curso de los siglos y aún siguen siendo dichos populares hoy en día.
El siguiente es un trozo famoso de Chien chia -- Odas de Chin en el Libro de las Odas -- que describe al poeta imaginándose a una amante que trabaja en los pantanos cercanos:
Los chien chia (juncos) son verde oscuro, Y el rocío blanco se torna en escarcha. La dueña de mi pensamiento, Está en algún sitio cerca del agua.
El chien chia es una planta común que crece en los pantanos. La familiaridad de los lectores con este tipo de vegetación les ayuda a reconstruir el paisaje en sus mentes, trayendo a la vida al poeta que canta una canción de amor.
Publicado en junio, Imágenes del Libro de las odas, es la primera referencia botánica para el estudio de la literatura clásica china.
Las imágenes vívidas y el romántico estilo narrativo de los acontecimientos que ocurren están muy entretejidos con diferentes elementos de los alrededores naturales. Indudablemente, un gran número de plantas y animales son mencionados en el Libro de las odas, así como las flores frecuentemente son un tema recurrente en la poesía de las diversas tradiciones literarias alrededor del mundo.
Los intelectuales de antaño fueron los primeros en darse cuenta de las plantas citadas en el libro. Lu Wen-yu, Chen Ta-chang, y Hsu Hsieh-chiao, de la dinastía Ching (1644-1911), así como Lu Chi, del período de los Tres Reinos, debatieron la naturaleza de la flora descrita en el Libro de las odas. Sin embargo, durante siglos no se realizó ninguna identificación positiva de estas plantas. Esto se debe en parte a la confusión al dar nombres a las especies, y también porque el libro fue escrito mucho antes de la clasificación del reino vegetal.
En las últimas décadas, botanistas e historiadores llegaron a un acuerdo acerca de cuáles plantas habla el libro. En su Tierra amarilla y el origen de la agricultura china, Ho Ping-ti explica que alrededor de 150 plantas son mencionadas en el Libro de las odas.
Añadir ésto al cuerpo de los estudios relacionados al libro, el botánico Pan coleccionó y meticulosamente comparó casi 60 versiones del Libro de las odas. El finalmente identificó 135 plantas nativas en las 305 poesías.
La flora de la obra incluye arbustos, parras, hierbas, plantas acuáticas, helechos y liquenes. En ese entonces, muchas de las plantas eran indígenas del norte de China. Como era de esperarse, un gran número de las plantas eran cosechas usadas para el comercio en vez de para la alimentación. Pan las clasificó en unos 30 tipos de vegetales cultivados o recogidos. Cinco tipos de cosechas básicas; varios tipos de frutos recogidos; tres tipos de plantas utilizadas como fibras para ropa; cinco plantas usadas para tintes; alrededor de una docena de maderas utilizadas en la construcción de albergues, muebles, vehículos e instrumentos; varios tipos de plantas no madereras usadas en la fabricación de utensilios para el hogar; y una serie de plantas decorativas y otras con significados simbólicos usadas en ocasiones festivas.
Tribulus terrestris: con su fruto espinoso, con frecuencia es considerada como una molestia y usada con connotaciones negativas en la literatura china.
Según Pan, debemos comprender la naturaleza, apariencia, distribución y uso de las plantas mencionadas en el libro para poder descubrir la sabiduría y estilo de vida de quienes lo escribieron. Solamente entonces podremos afirmar que comprendemos la íntima relación de nuestros antepasados con el mundo natural.
Los resultados de la investigación de Pan y el análisis pueden ser encontrados en su libro Imágenes de la flora en el Libro de las odas, publicado por Owl Publishing House, que se especializa en libros de referencia pictóricos. Las 135 plantas identificadas por Pan son descritas al lado con fotos de Lu Sheng-yu. Dado que solamente unas 70 de esas plantas pueden ser encontradas en Taiwan, Pan y Lu viajaron a las provincias de Hopei y Shantung, en China continental, sitios de origen de los antiguos poemas y plantas.
Las setenta plantas que crecen en Taiwan ahora pueden ser vistas en el Jardín Botánico de Taipei. Están divididas en tres regiones: Feng, Ya y Sung, de acuerdo con las tres categorías en que se divide el Libro de las odas.
Siendo un lector que está extremadamente dedicado a los clásicos chinos, Pan dijo que su curiosidad quedó insatisfecha con las escrituras y los siglos de análisis conducidos por generaciones de académicos, historiadores y hombres comunes. Decidió construir un puente entre las antiguas poesías y la ciencia natural moderna. Pan espera que este puente revele su amor por la cultura china así como su experiencia en botánica.
La intención de Pan era ayudar a que esta obra clásica llegara a los lectores contemporáneos para que la disfruten. "También instó a los expertos en fauna a unirse a los esfuerzos y hacer un estudio sobre los animales mencionados en el Libro de las odas", señaló.
El siguiente proyecto de Pan es un estudio botánico de las 75 plantas citadas en Trescientos poemas, obra de la dinastía Tang (618-907); así como sobre las 244 plantas mencionadas en el Sueño de la recámara roja.
Fotos de Chen Mei-ling
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LIBRO DE LAS ODAS : TESORO CULTURAL CHINO
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El Libro de las odas, es considerado la colección más antigua de poesías chinas. A veces llamado Shih (poemas) o Shih Sanpai (300 poemas), contiene un total de 105 poesías que individualmente se remontan a la dinastía Chou (1122-206 a. de C.).
La colección tal y como existe ahora, fue compilada durante la dinastía Han (206 a. de C.-8) por Mao Heng, razón por la cual a veces es llamado Mao Shih, o poemas Mao. Fueron los confucianistas de la dinastía Han quienes le dieron el nombre de Shih Ching.
Cada poema podía ser cantado, y la colección fue dividida en tres categorías, según los ritmos en que las composiciones eran cantadas.
La primera categoría es feng, o baladas, y consiste de 160 poemas de 15 áreas diferentes. La mayoría de las poesías feng son canciones folclóricas de la región del Río Amarillo.
Las odas festivas, ya, consisten de 105 poemas que luego son divididos en las odas festivas menores y las odas festivas mayores. Los poemas ya fueron esencialmente escritos por la nobleza.
La categoría sung contiene las denominadas canciones de ofrenda (sacrificio) y consiste de 40 poemas, incluyendo himnos y canciones de ofrenda. Se cree que éstas eran cantadas en tiempos tan remotos como la dinastía Shang (1766-1122 a. de C.).
El Libro de las odas incluye poemas históricos, satíricos, narrativos, de amor, odas, canciones estacionales y de los trabajadores. Cubre muchos aspectos de la sociedad Chou, tales como el amor, la guerra, el trabajo, la opresión y la resistencia. El libro enseña acerca de costumbres, matrimonios, sacrificios y fiestas. Los poemas dan a los lectores una perspectiva sobre fenómenos astronómicos, reforma agraria, animales y plantas. El Libro de las odas es una fuente valiosa para el estudio de la lengua china desde el siglo XI al VI antes de la era cristiana
El Libro de las odas, es considerado la colección más antigua de poesías chinas. A veces llamado Shih (poemas) o Shih Sanpai (300 poemas), contiene un total de 105 poesías que individualmente se remontan a la dinastía Chou (1122-206 a. de C.).
La colección tal y como existe ahora, fue compilada durante la dinastía Han (206 a. de C.-8) por Mao Heng, razón por la cual a veces es llamado Mao Shih, o poemas Mao. Fueron los confucianistas de la dinastía Han quienes le dieron el nombre de Shih Ching.
Cada poema podía ser cantado, y la colección fue dividida en tres categorías, según los ritmos en que las composiciones eran cantadas.
La primera categoría es feng, o baladas, y consiste de 160 poemas de 15 áreas diferentes. La mayoría de las poesías feng son canciones folclóricas de la región del Río Amarillo.
Las odas festivas, ya, consisten de 105 poemas que luego son divididos en las odas festivas menores y las odas festivas mayores. Los poemas ya fueron esencialmente escritos por la nobleza.
La categoría sung contiene las denominadas canciones de ofrenda (sacrificio) y consiste de 40 poemas, incluyendo himnos y canciones de ofrenda. Se cree que éstas eran cantadas en tiempos tan remotos como la dinastía Shang (1766-1122 a. de C.).
El Libro de las odas incluye poemas históricos, satíricos, narrativos, de amor, odas, canciones estacionales y de los trabajadores. Cubre muchos aspectos de la sociedad Chou, tales como el amor, la guerra, el trabajo, la opresión y la resistencia. El libro enseña acerca de costumbres, matrimonios, sacrificios y fiestas. Los poemas dan a los lectores una perspectiva sobre fenómenos astronómicos, reforma agraria, animales y plantas. El Libro de las odas es una fuente valiosa para el estudio de la lengua china desde el siglo XI al VI antes de la era cristiana
POEMAS CHINOS DE AMOR
Poemas chinos de amor es una antología, publicada originalmente en Beijing , de más de un centenar de composiciones líricas y eróticas escritas por poetas chinos de todos los tiempos, desde el Libro de las Odas hasta los poetas posteriores a los acontecimientos de la Plaza de Tianamen . Versiones de Harold Alvarado Tenorio con la colaboración de los traductores Li Deming , Zhao Tiescheng , Yang Yongsen, Xu Zhong Lin, Wang Ke, Wang Yanting, Zeng Wenfeng, Guo Hongshan y Dai Bingpo , incluye numerosas anotaciones sobre las diversas dinastías y emperadores chinos, sobre los poetas y los estilos de la poesía china
viernes, 27 de noviembre de 2009
POETAS DE LA DINASTIA TANG (618-907)
La civilización china es una de las más fascinantes creaciones del espíritu humano. Todo en ella es descomunal y da la impresión de que a largo de su historia los chinos han sido incapaces de hacer nada a pequeña escala. En China, todo es vasto, toda cifra tiende al infinito, todas las extensiones son enormes, ya sea en el espacio o en el tiempo.
Por ejemplo, en la introducción de este libro se habla de la capital del imperio durante la dinastía Tang:
La capital del Imperio, Chang’an, albergaba a más de un millón de habitantes y fue, sin duda, la ciudad mayor de la época. Las oficinas de la Administración Central ocupaban un espacio amurallado de 4,5 Km., y albergaba cuatro organismos principales, (Asuntos de estado, Cancillería Imperial, Secretariado Imperial y Consejo de Estado) de los que dependían absolutamente todas las decisiones y reglamentaciones.
A continuación se comenta que cuando les dio por cargarse templo budistas, destruyeron 44.600 de ellos sólo en la ciudad. Y cuando en el siglo XVIII les dio por recopilar la poesía Tang, reunieron 48.900 poemas de 2.200 autores. Aún así, se calcula que no es más que un diez por ciento de todo lo escrito en la época.
En semejante mundo, de vastas distancias y medios de transporte lentos cuando existían, separase de un amigo era casi admitir que no se le volvería a ver. De eso van muchos de los poemas. Y también de la alegría del reencuentro, cuando se produce, y del disfrute del vino. Como en los autores confluyen tres tradiciones filosóficas diferentes -Taoísmo, Budismo y Confucionismo- las aproximaciones son diferentes pero también muy cercanas. El deleite de la naturaleza, la fascinación por el crepúsculo y la vida que se acaba, los deseos de convertirse en ermitaño y pasar los últimos años alejados del mundo. También mucha denuncia social, cosa que me sorprendió, y también algunos alegatos en contra de la guerra.
Dejan una sensación de agradable ligereza, de haber sido escritos con toda tranquilidad. Muy probablemente, teniendo en cuenta las vidas que llevaron algunos de esos poetas, no fuese así. Pero dejan esa impresión, que quizá fuese lo que querían transmitir. Es imposible hacer una idea de cómo sonarían en chino, dada las grandes diferencias fonéticas de esa lengua con el español, y las batallas que los autores entablaron con su lengua, pero se aprecia esa visión filosófica, esa capacidad para la pompa imperial y simultáneamente para lo más fundamental de la existencia.
De la contraportada:
Los años que la Dinastía Tang (618-906) estuvo en el poder están considerados como la Edad de Oro de la poesía china, tanto por el extraordinario número de excelentes poetas, como por la increíble cantidad de poemas que en aquellos años se llegaron a publicar.
Los nombres de Li Po, Wang Wei, Tu Fu o Bai Chüyi son suficientes como para considerar estos años como poéticamente inigualables.
POEMAS EN CHINO
Nieve
Me levanto cada mañana antes que el pueblo.
Sólo para abrir la jaula a los pájaros que luego ustedes escuchan cantar.
La noche se los traga y amordaza con negro terciopelo.
La noche les traiciona y me despierto rota.
Abriendo jaulas tragando lágrimas dulces.
Soplando restos de mis alas muertas al amanecer.
****
Mis cejas y mis ojos fueron tatuados en chino y en condición muy leve.
El verano en Oriente es de ese crudo dinástico y seco denso goce.
Espasmo de ardores que estalla en la luz deslumbrante venenosa y ciega.
Guardo de mi herencia extraviada esa ruta de breves dibujos eróticos con senos calados.
Vuelvo brevemente allí a mis pobrezas asiáticas de arroz tinta china y sexo estrecho.
Mientras ellas gimen de deseo yo en el mismo tono te nombro con dolor.
****
Tú conoces mis muertos y mis gestos y mis rezos a esos muertos que llamas por su nombre.
Tú les ofrendas comida a esos muertos y le sirves a mi escuálido cuerpo que no traga que no bebe que no duerme que no vive aquí desde hace siglos.
Tú le pones nombre al pájaro y adivinas si es libre o es preso por su trino.
Sabes que soy yo quien vive en el corazón del pájaro.
La que come y bebe como el pájaro es la mujer que tocas y bendices.
Tú no me libres del ritual que alimenta a tus muertos y me mantiene viva
LA POESIA AMOROSA CHINA
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- Ir a Cinco poetas chinos-
La poesía china goza de una tradición de tres mil años, a través de los cuales ha desarrollado sus formas, metros y estilos. Los dos mejor conocidos tipos de verso son el shi y el ci. El primero es la más remota forma de poesía, escrita a menudo con un estricto número de monosílabos para cada verso. El segundo, que alcanzó su apogeo durante la dinastía Song, es un verso con irregular número de palabras, escrito para una melodía determinada. El chino, además, es una lengua de naturaleza musical. La frecuente omisión del sujeto en sus frases, la inexistencia de una expresa diferencia entre los tiempos verbales, el número en los sustantivos y el caso o el género de los pronombres, ha contribuido a forjar un verso que resulta una materia compacta, cuya interpretación es casi un acto adivinatorio. Es quizás, por esas circunstancias, que desde sus primeros poemas los chinos relacionaron la poesía con la música.
En cualquier nivel social, la poesía ha penetrado en la vida y la historia, y quizás no haya otra faceta de su cultura que posea más universal aprecio. En China no han existido los poetas profesionales, pero se puede decir que «la gente común» con sus formas coloquiales y estilo del habla, y los literatos, de vasta erudición y sofisticadas sensibilidades, son los que con mayor frecuencia la han producido. Ha sido escrita por emperadores y sus amantes, por monjes y generales, ciudadanos y campesinos, pero sobre todo por funcionarios, hombres educados en la escritura y lectura de los clásicos, así también sea cierto que para los chinos, en general, siempre ha estado primero la realización de sus ambiciones a través de una prolongada carrera administrativa, y luego la escritura de poemas.
La poesía en China ha estado ligada a la vida y las actividades de la gente más que en ninguna otra cultura. Su poesía ha servido para cantar a los espíritus de los antepasados, celebrar las bellezas de la naturaleza, demostrar amistad, servir de compañía en las reuniones sociales, hacer críticas políticas, serenar el dolor, o progresar en un galanteo amoroso. Dos hechos llaman la atención en esta poesía: su antigüedad y continuidad. El descubrimiento, en el siglo primero antes de nuestra era, de una técnica para hacer papel y la invención de la imprenta, siete siglos después, ayudó grandemente a la diseminación y conservación de la literatura, y desde entonces son cientos y cientos los trabajos que los chinos han consagrado a la recopilación y estudio de su poesía. Otra de sus virtudes es su fácil comprensión, así la poesía china, como cualquiera otra gran tradición poética, tenga sus convenciones particulares, algunas de las cuales suelen parecer extrañas a un lector común. El tratamiento que han dado al amor romántico, por ejemplo, aparece presentado casi en exclusivo desde el punto de vista de las mujeres, haciendo énfasis en el sufrimiento y desamparo de su situación. En otros casos, la corte imperial y los monarcas y concubinas, son equiparados a los cielos, o a maravillosas damas del firmamento, y los favores del emperador, a la lluvia que da vida o el rocío de la mañana.
Además de estos estereotipos, la poesía china tiene un buen número de mitos y leyendas que sirven para agregar significantes a sus habituales alusiones a famosos sucesos y personajes del pasado. Y como se ha dicho muchas veces, esta tradición poética tiene un tono que se acerca mas al sentido común y es raramente filosófico, o vinculado a cosas supranaturales o extravagantes vuelos retóricos o de fantasía. Por esta razón, incluso en poemas muy antiguos, es fácil entender sus significados, porque se ocupa de las preocupaciones de hombres y mujeres en todos los tiempos.
Otra de las particularidades de su poesía es su contención y decoro. Ni los antiguos ni modernos chinos han redactado poemas épicos. En esta poesía no hay temas heroicos ni de elogio de las armas. Las guerras y la violencia jamás son exaltadas y cuando son mencionadas, o referidas, es para lamentar sus consecuencias o condenarles. De otro lado, los temas eróticos son tratados, en la mayoría de los casos, de forma comedida. La atracción sexual es sugerida mas a través de las descripciones de los trajes, el maquillaje, los artículos de uso diario y personal, que por los cuerpos mismos, y toda manifestación de indecencia queda oculta tras eufemismos que apenas pueden ser comprendidos por los entendidos. Reflejando, así, todo ello, la enorme influencia que el confucianismo ha ejercido en la poesía, donde las artes y virtudes civiles son más apreciadas que las militares.
La poesía es para los chinos el resultado de un arduo trabajo con la lengua y el deseo de expresión, mas que una derivación del carácter o las rarezas de un genio o la divina inspiración. Es un arte que cualesquiera, siguiendo las reglas de la prosodia, puede escribir. Para la llamada gente culta y en especial para los empleados del estado, la poesía ha sido un elemento imprescindible en la vida diaria. Los poemas se redactan para celebrar bodas, banquetes, lamentar las separaciones entre amigos, encomiar los hechos de la vida cotidiana, recordar los escenarios de un viaje, sanear el dolor y las penas, o simplemente terminar con el tedio o perfeccionar las habilidades literarias. La costumbre de echar a las suertes, entre un grupo de amigos, el ritmo o los ritmos en que serían escritos los poemas, o de concordar con las cadencias del poema de otro, ya fuese empleando las mismas cualidades rítmicas o partiendo de las mismas palabras, hicieron de la composición de poemas una suerte de competencia, que daba a la invención lírica calidad lúdica. Además, para los chinos la poesía está mas ligada a su creador que a su propio lenguaje, haciendo del poema casi un rasgo autobiográfico, iluminando la existencia del poeta, haciendo que su entera compresión solo sea posible si se lee en el contexto de su vida misma. Un poema es la voz de un poeta que involuntariamente se dirige a la posteridad o el mundo, pero que habla casi en exclusivo para un grupo de amigos o quizás a si mismo. Por eso la gran mayoría de los poetas de ayer y de hoy escriben mas, para su inmediato entorno de amigos y conocidos, que para el publico en general y es mas que suficiente si ellos celebran su trabajo.
China ha sido un país de agricultores y de allí la importancia que se ha dado -en y fuera de la poesía- a «la naturaleza»: los cambios de las estaciones, la observancia de los rituales o el destino de los campesinos. En contraste con las ciudades, que representan riqueza, poder y corrupción, las montañas ofrecen seguridad, serenidad y libertad, un lugar donde uno puede disfrutar de la grandeza de los paisajes, llevar una vida de acuerdo con las reglas del taoísmo o el budismo, o ir a la búsqueda de plantas medicinales que prolonguen la vida. Para los poetas burócratas, amenazados casi siempre por los reveses de la fortuna o la muerte, soñar con una vida placentera entre las montañas fue uno de sus ideales. Sin contar que cuando las guerras civiles estallaban, o los invasores extranjeros venían del norte, ir hacia las montañas era la casi única forma de salvar el pellejo. Pero si los occidentales ven en la naturaleza una expresión del Ser Supremo, para los chinos, imbuidos de taoísmo y budismo, la naturaleza es el cuerpo mismo del ser absoluto. Para ellos cada elemento del paisaje, desde el más sublime hasta el más bajo, son manifestaciones idénticas del Tao. Y el hombre, lejos de ser el amo y protector de la creación, es apenas uno más de esos elementos.
Aun cuando en las antiguas colecciones de poemas abunda el tema de la muerte, fue durante la época Han cuando los poetas cantaron, con mayor vigor, a la aterradora brevedad de la vida y el miedo a desaparecer. Con el tiempo, el arte y la literatura se han ocupado del asunto, celebrando la inmortalidad mediante la búsqueda de ella en los vientres de las montañas, o volando hacia los cielos en las alas de alguna de sus míticas grullas. Para los confucianos, sin embargo, la inmortalidad es mas un asunto de salud física y descendencia, que del recuerdo que tengan de uno los vivos.
La virtud es una de las cualidades menos reconocidas en este mundo y nadie es capaz de recordar los nombres de aquellos que lo merecen, así sea uno un erudito chino. Quizás por esta y otras razones, para los budistas y los taoístas, debemos alcanzar la inmortalidad antes del fin de nuestros días, apartando de nuestros actos toda expresión de individualismo, y al hacernos parte de la naturaleza, integrándonos al todo. De esa manera nos liberaremos de las tradicionales concepciones de vida y muerte y nos haremos eternos como el universo.
Muchos poemas chinos celebran abiertamente los placeres sensuales. Otros son moralistas o meramente artísticos, o intentan mejorar las situaciones humanas, o pretenden sólo inmortalizar al autor. Pero también los hay –y muchos de ellos son de los mejores- aquellos donde el poeta deliberadamente se abandona de sí mismo, de su persona y humanidad, y se esfuerza por ser parte del sinnúmero de seres y formas que le rodean.
Los chinos consideran la poesía la más gloriosa de sus tradiciones literarias, y han hechos grandes esfuerzos por conservarla y difundirla. Otros géneros literarios quizás expresen mejor ciertos aspectos filosóficos e intelectuales de su cultura, pero es con la poesía que ellos han encarado el mundo y a sí mismos.
La más remota de todas las colecciones de poemas chinos, El libro de los cantos, está compuesto por canciones folklóricas y baladas, cantos festivos para banquetes de la corte e himnos para acompañar a músicas y danzas, que se cree fueron escritos entre los siglos once y sexto antes de nuestra era. La tradición dice que sus trescientos cinco poemas fueron recopilados para divertir a Ji Zha, señor del reino de Wu, aunque otros eruditos sostienen que fue Confucio quien los recogió. Una buena parte de ellos ofrecen un panorama de los goces y sufrimientos de amantes y esposos. Las descripciones de los encuentros, promesas y secretos muestran la relativa libertad individual en aquellos días.
El recurrente tema de la separación puede considerarse un dolor social que llega hasta el presente. Durante miles de años los letrados pasaron buena parte de sus vidas atendiendo cargos oficiales, lejos de sus hogares, separados de sus padres, esposas, hijos y tumbas de los antepasados, porque estaba prohibido ejercer en sus pueblos y estados de origen. Además los gobernantes podían exiliar a remotas regiones a sus enemigos políticos y sociales y en no pocas ocasiones esos exilios eran de por vida. En otros casos las parejas debían separarse si, como hoy, uno de ellos quería mejorar de posición social o estudiar.
Para Confucio la amistad es una relación de vital importancia y reverencia, una de las «cinco relaciones básicas» ligada a las que deberían existir entre emperador y súbdito, padre e hijo, esposo y mujer, hermano mayor-hermano menor. Pero la amistad es aún un asunto entre hombres, no es conyugal ni prematrimonial y el placer de compartir ideales y aspiraciones es una rara práctica en la vida marital. Además, pasar mucho tiempo en compañía de mujeres es una actividad deshonrosa. Todo ello explicaría por qué hay más poemas a la amistad que al amor en esa milenaria poesía. Bien conocidos y repetidos son los poemas de amistad entre Su Wu y Li Ling, los Siete Maestros de Jiangnan, Li Bai y Du Fu, Han Yu y Meng Jiao, Su Dongpo y Huang Tiangjian, y Nala Chengde y Gu Shenguan, por ejemplo.
Occidente ha hecho enormes esfuerzos por dar a la mujer el lugar que merece, más allá de un ser para el placer y la reproducción. Desde la aparición de la caballería y las cortes de amor ocuparon una alta posición en la sociedad y son relativamente educadas, de manera que han podido disfrutar de los goces del conocimiento y de la belleza, casi igual que los hombres. En la China contemporánea también las mujeres han conquistado poco a poco su lugar, pero su sentido es apenas igualitario respecto del trabajo y los oficios del hogar. No se percibe que las mujeres sean sujetos de culto o veneración por su belleza y algunos de los poemas Tang y Song que retratan hermosas muchachas perdidas para el amor o memorables damas de casas de placer, no serían compartidos hoy por mucha gente común. Comparada con la poesía dedicada a las separaciones y la amistad, la poesía amorosa es entonces rara y aun que en pocas ocasiones comparta la intensidad espiritual que se encuentra en la poesía amorosa occidental, por sus indecisas maneras de abordar el asunto, por el dolor profundo que delatan y por el refinamiento en la sugerencia de los detalles de una pasión, es una de las más bellas del mundo.
Que la sociedad china tenga en poca importancia «el amor» se explicaría por el lugar que ocupa la familia y el matrimonio en sus vidas. Mucha poesía amorosa china lamenta la muerte de la esposa pero no celebra el amor como una pasión anterior o por fuera del matrimonio. Este amor, que llamaríamos pasión, es visto a menudo como una suerte de perversión. Para las parejas chinas el amor es un asunto que crece a medida que la pareja encuentra la felicidad en el matrimonio y las mutuas solidaridades para llegar a la vejez. Desde hace muy poco, especialmente en las grandes ciudades, los matrimonios se acuerdan por consenso entre las parejas. Pero para la mayoría sigue siendo un asunto de acuerdo entre familias y padres de los contrayentes. Entonces es cuando hay que volver los ojos a los numerosos poemas que hablan de las separaciones de las parejas una vez unidos en matrimonio, para comprender a plenitud el hondo significado de esta relación en la vida individual y colectiva de los chinos.
Mientras en Occidente la realización de una pasión es una memoria eterna de los goces de la vida, para los chinos el matrimonio es el punto culminante del crecimiento de hombres y mujeres. De allí que entiendan que solo seres desgraciados y frustrados puedan preferir la compañía de mujeres distintas a sus esposas y quieran deleitarse con canciones y poemas sobre esos asuntos. Emperadores poetas como Yangdi de la Dinastía Sui y Li Yu de la Tang del Sur han sido despreciados como políticos y gobernantes por haber escrito poemas para celebrar sus amores con concubinas o lamentando la duración de encuentros con hermosas y finas mujeres.
- Ir a Cinco poetas chinos-
La poesía china goza de una tradición de tres mil años, a través de los cuales ha desarrollado sus formas, metros y estilos. Los dos mejor conocidos tipos de verso son el shi y el ci. El primero es la más remota forma de poesía, escrita a menudo con un estricto número de monosílabos para cada verso. El segundo, que alcanzó su apogeo durante la dinastía Song, es un verso con irregular número de palabras, escrito para una melodía determinada. El chino, además, es una lengua de naturaleza musical. La frecuente omisión del sujeto en sus frases, la inexistencia de una expresa diferencia entre los tiempos verbales, el número en los sustantivos y el caso o el género de los pronombres, ha contribuido a forjar un verso que resulta una materia compacta, cuya interpretación es casi un acto adivinatorio. Es quizás, por esas circunstancias, que desde sus primeros poemas los chinos relacionaron la poesía con la música.
En cualquier nivel social, la poesía ha penetrado en la vida y la historia, y quizás no haya otra faceta de su cultura que posea más universal aprecio. En China no han existido los poetas profesionales, pero se puede decir que «la gente común» con sus formas coloquiales y estilo del habla, y los literatos, de vasta erudición y sofisticadas sensibilidades, son los que con mayor frecuencia la han producido. Ha sido escrita por emperadores y sus amantes, por monjes y generales, ciudadanos y campesinos, pero sobre todo por funcionarios, hombres educados en la escritura y lectura de los clásicos, así también sea cierto que para los chinos, en general, siempre ha estado primero la realización de sus ambiciones a través de una prolongada carrera administrativa, y luego la escritura de poemas.
La poesía en China ha estado ligada a la vida y las actividades de la gente más que en ninguna otra cultura. Su poesía ha servido para cantar a los espíritus de los antepasados, celebrar las bellezas de la naturaleza, demostrar amistad, servir de compañía en las reuniones sociales, hacer críticas políticas, serenar el dolor, o progresar en un galanteo amoroso. Dos hechos llaman la atención en esta poesía: su antigüedad y continuidad. El descubrimiento, en el siglo primero antes de nuestra era, de una técnica para hacer papel y la invención de la imprenta, siete siglos después, ayudó grandemente a la diseminación y conservación de la literatura, y desde entonces son cientos y cientos los trabajos que los chinos han consagrado a la recopilación y estudio de su poesía. Otra de sus virtudes es su fácil comprensión, así la poesía china, como cualquiera otra gran tradición poética, tenga sus convenciones particulares, algunas de las cuales suelen parecer extrañas a un lector común. El tratamiento que han dado al amor romántico, por ejemplo, aparece presentado casi en exclusivo desde el punto de vista de las mujeres, haciendo énfasis en el sufrimiento y desamparo de su situación. En otros casos, la corte imperial y los monarcas y concubinas, son equiparados a los cielos, o a maravillosas damas del firmamento, y los favores del emperador, a la lluvia que da vida o el rocío de la mañana.
Además de estos estereotipos, la poesía china tiene un buen número de mitos y leyendas que sirven para agregar significantes a sus habituales alusiones a famosos sucesos y personajes del pasado. Y como se ha dicho muchas veces, esta tradición poética tiene un tono que se acerca mas al sentido común y es raramente filosófico, o vinculado a cosas supranaturales o extravagantes vuelos retóricos o de fantasía. Por esta razón, incluso en poemas muy antiguos, es fácil entender sus significados, porque se ocupa de las preocupaciones de hombres y mujeres en todos los tiempos.
Otra de las particularidades de su poesía es su contención y decoro. Ni los antiguos ni modernos chinos han redactado poemas épicos. En esta poesía no hay temas heroicos ni de elogio de las armas. Las guerras y la violencia jamás son exaltadas y cuando son mencionadas, o referidas, es para lamentar sus consecuencias o condenarles. De otro lado, los temas eróticos son tratados, en la mayoría de los casos, de forma comedida. La atracción sexual es sugerida mas a través de las descripciones de los trajes, el maquillaje, los artículos de uso diario y personal, que por los cuerpos mismos, y toda manifestación de indecencia queda oculta tras eufemismos que apenas pueden ser comprendidos por los entendidos. Reflejando, así, todo ello, la enorme influencia que el confucianismo ha ejercido en la poesía, donde las artes y virtudes civiles son más apreciadas que las militares.
La poesía es para los chinos el resultado de un arduo trabajo con la lengua y el deseo de expresión, mas que una derivación del carácter o las rarezas de un genio o la divina inspiración. Es un arte que cualesquiera, siguiendo las reglas de la prosodia, puede escribir. Para la llamada gente culta y en especial para los empleados del estado, la poesía ha sido un elemento imprescindible en la vida diaria. Los poemas se redactan para celebrar bodas, banquetes, lamentar las separaciones entre amigos, encomiar los hechos de la vida cotidiana, recordar los escenarios de un viaje, sanear el dolor y las penas, o simplemente terminar con el tedio o perfeccionar las habilidades literarias. La costumbre de echar a las suertes, entre un grupo de amigos, el ritmo o los ritmos en que serían escritos los poemas, o de concordar con las cadencias del poema de otro, ya fuese empleando las mismas cualidades rítmicas o partiendo de las mismas palabras, hicieron de la composición de poemas una suerte de competencia, que daba a la invención lírica calidad lúdica. Además, para los chinos la poesía está mas ligada a su creador que a su propio lenguaje, haciendo del poema casi un rasgo autobiográfico, iluminando la existencia del poeta, haciendo que su entera compresión solo sea posible si se lee en el contexto de su vida misma. Un poema es la voz de un poeta que involuntariamente se dirige a la posteridad o el mundo, pero que habla casi en exclusivo para un grupo de amigos o quizás a si mismo. Por eso la gran mayoría de los poetas de ayer y de hoy escriben mas, para su inmediato entorno de amigos y conocidos, que para el publico en general y es mas que suficiente si ellos celebran su trabajo.
China ha sido un país de agricultores y de allí la importancia que se ha dado -en y fuera de la poesía- a «la naturaleza»: los cambios de las estaciones, la observancia de los rituales o el destino de los campesinos. En contraste con las ciudades, que representan riqueza, poder y corrupción, las montañas ofrecen seguridad, serenidad y libertad, un lugar donde uno puede disfrutar de la grandeza de los paisajes, llevar una vida de acuerdo con las reglas del taoísmo o el budismo, o ir a la búsqueda de plantas medicinales que prolonguen la vida. Para los poetas burócratas, amenazados casi siempre por los reveses de la fortuna o la muerte, soñar con una vida placentera entre las montañas fue uno de sus ideales. Sin contar que cuando las guerras civiles estallaban, o los invasores extranjeros venían del norte, ir hacia las montañas era la casi única forma de salvar el pellejo. Pero si los occidentales ven en la naturaleza una expresión del Ser Supremo, para los chinos, imbuidos de taoísmo y budismo, la naturaleza es el cuerpo mismo del ser absoluto. Para ellos cada elemento del paisaje, desde el más sublime hasta el más bajo, son manifestaciones idénticas del Tao. Y el hombre, lejos de ser el amo y protector de la creación, es apenas uno más de esos elementos.
Aun cuando en las antiguas colecciones de poemas abunda el tema de la muerte, fue durante la época Han cuando los poetas cantaron, con mayor vigor, a la aterradora brevedad de la vida y el miedo a desaparecer. Con el tiempo, el arte y la literatura se han ocupado del asunto, celebrando la inmortalidad mediante la búsqueda de ella en los vientres de las montañas, o volando hacia los cielos en las alas de alguna de sus míticas grullas. Para los confucianos, sin embargo, la inmortalidad es mas un asunto de salud física y descendencia, que del recuerdo que tengan de uno los vivos.
La virtud es una de las cualidades menos reconocidas en este mundo y nadie es capaz de recordar los nombres de aquellos que lo merecen, así sea uno un erudito chino. Quizás por esta y otras razones, para los budistas y los taoístas, debemos alcanzar la inmortalidad antes del fin de nuestros días, apartando de nuestros actos toda expresión de individualismo, y al hacernos parte de la naturaleza, integrándonos al todo. De esa manera nos liberaremos de las tradicionales concepciones de vida y muerte y nos haremos eternos como el universo.
Muchos poemas chinos celebran abiertamente los placeres sensuales. Otros son moralistas o meramente artísticos, o intentan mejorar las situaciones humanas, o pretenden sólo inmortalizar al autor. Pero también los hay –y muchos de ellos son de los mejores- aquellos donde el poeta deliberadamente se abandona de sí mismo, de su persona y humanidad, y se esfuerza por ser parte del sinnúmero de seres y formas que le rodean.
Los chinos consideran la poesía la más gloriosa de sus tradiciones literarias, y han hechos grandes esfuerzos por conservarla y difundirla. Otros géneros literarios quizás expresen mejor ciertos aspectos filosóficos e intelectuales de su cultura, pero es con la poesía que ellos han encarado el mundo y a sí mismos.
La más remota de todas las colecciones de poemas chinos, El libro de los cantos, está compuesto por canciones folklóricas y baladas, cantos festivos para banquetes de la corte e himnos para acompañar a músicas y danzas, que se cree fueron escritos entre los siglos once y sexto antes de nuestra era. La tradición dice que sus trescientos cinco poemas fueron recopilados para divertir a Ji Zha, señor del reino de Wu, aunque otros eruditos sostienen que fue Confucio quien los recogió. Una buena parte de ellos ofrecen un panorama de los goces y sufrimientos de amantes y esposos. Las descripciones de los encuentros, promesas y secretos muestran la relativa libertad individual en aquellos días.
El recurrente tema de la separación puede considerarse un dolor social que llega hasta el presente. Durante miles de años los letrados pasaron buena parte de sus vidas atendiendo cargos oficiales, lejos de sus hogares, separados de sus padres, esposas, hijos y tumbas de los antepasados, porque estaba prohibido ejercer en sus pueblos y estados de origen. Además los gobernantes podían exiliar a remotas regiones a sus enemigos políticos y sociales y en no pocas ocasiones esos exilios eran de por vida. En otros casos las parejas debían separarse si, como hoy, uno de ellos quería mejorar de posición social o estudiar.
Para Confucio la amistad es una relación de vital importancia y reverencia, una de las «cinco relaciones básicas» ligada a las que deberían existir entre emperador y súbdito, padre e hijo, esposo y mujer, hermano mayor-hermano menor. Pero la amistad es aún un asunto entre hombres, no es conyugal ni prematrimonial y el placer de compartir ideales y aspiraciones es una rara práctica en la vida marital. Además, pasar mucho tiempo en compañía de mujeres es una actividad deshonrosa. Todo ello explicaría por qué hay más poemas a la amistad que al amor en esa milenaria poesía. Bien conocidos y repetidos son los poemas de amistad entre Su Wu y Li Ling, los Siete Maestros de Jiangnan, Li Bai y Du Fu, Han Yu y Meng Jiao, Su Dongpo y Huang Tiangjian, y Nala Chengde y Gu Shenguan, por ejemplo.
Occidente ha hecho enormes esfuerzos por dar a la mujer el lugar que merece, más allá de un ser para el placer y la reproducción. Desde la aparición de la caballería y las cortes de amor ocuparon una alta posición en la sociedad y son relativamente educadas, de manera que han podido disfrutar de los goces del conocimiento y de la belleza, casi igual que los hombres. En la China contemporánea también las mujeres han conquistado poco a poco su lugar, pero su sentido es apenas igualitario respecto del trabajo y los oficios del hogar. No se percibe que las mujeres sean sujetos de culto o veneración por su belleza y algunos de los poemas Tang y Song que retratan hermosas muchachas perdidas para el amor o memorables damas de casas de placer, no serían compartidos hoy por mucha gente común. Comparada con la poesía dedicada a las separaciones y la amistad, la poesía amorosa es entonces rara y aun que en pocas ocasiones comparta la intensidad espiritual que se encuentra en la poesía amorosa occidental, por sus indecisas maneras de abordar el asunto, por el dolor profundo que delatan y por el refinamiento en la sugerencia de los detalles de una pasión, es una de las más bellas del mundo.
Que la sociedad china tenga en poca importancia «el amor» se explicaría por el lugar que ocupa la familia y el matrimonio en sus vidas. Mucha poesía amorosa china lamenta la muerte de la esposa pero no celebra el amor como una pasión anterior o por fuera del matrimonio. Este amor, que llamaríamos pasión, es visto a menudo como una suerte de perversión. Para las parejas chinas el amor es un asunto que crece a medida que la pareja encuentra la felicidad en el matrimonio y las mutuas solidaridades para llegar a la vejez. Desde hace muy poco, especialmente en las grandes ciudades, los matrimonios se acuerdan por consenso entre las parejas. Pero para la mayoría sigue siendo un asunto de acuerdo entre familias y padres de los contrayentes. Entonces es cuando hay que volver los ojos a los numerosos poemas que hablan de las separaciones de las parejas una vez unidos en matrimonio, para comprender a plenitud el hondo significado de esta relación en la vida individual y colectiva de los chinos.
Mientras en Occidente la realización de una pasión es una memoria eterna de los goces de la vida, para los chinos el matrimonio es el punto culminante del crecimiento de hombres y mujeres. De allí que entiendan que solo seres desgraciados y frustrados puedan preferir la compañía de mujeres distintas a sus esposas y quieran deleitarse con canciones y poemas sobre esos asuntos. Emperadores poetas como Yangdi de la Dinastía Sui y Li Yu de la Tang del Sur han sido despreciados como políticos y gobernantes por haber escrito poemas para celebrar sus amores con concubinas o lamentando la duración de encuentros con hermosas y finas mujeres.
POEMAS CHINOS DE LAISECA - SHEN KUCI - REINO DE CHÚ
Una frase que obliga a la reverencia
Este poema pertenece al libro Poemas chinos de Alberto Laiseca, que Gárgola Ediciones acaba de reeditar por primera vez desde su aparición en 1987.
Por Alberto Laiseca
La dura princesa Wu pidió una canción.
Muchos han muerto ya, procurando satisfacerla.
Grande es el premio, empero:
su propia mano.
Por la posibilidad de su sonrisa festiva,
mueren uno tras otro.
Cantó un joven poeta;
fuerte y vigoroso, pese a su juvenil carencia.
La princesa Wu chasqueó los labios
como una muerte china.
“Castigad la desfachatez de cantar mal.”
Como un juego, con alegría,
entregó al joven a sus verdugos,
para que lo transformaran en un niño sangriento.
También cantó un adulto guerrero;
con tal ingenio, que movió sus batallas hasta la poesía.
“Tu canción me gustó bastante más.
No lo suficiente, empero.
Tendré para contigo la piedad de la naturaleza.
¿Cuándo has oído que el lobo hambriento sea perverso?
Dadle una muerte rápida.”
Pero él, desprendiéndose de sus guardias,
se arrojó a un abismo,
deslizando su cuerpo sobre el arpa de las rocas.
Ella movió la cabeza en raro gesto.
“Cayendo hizo música, pero ni aun así me convence.
Preparadle un sacrificio crematorio.
Pero no a su cuerpo,
que ahora está siendo destruido
por los pequeños lavadores de seda.
Quemad una imagen de papel,
previo escribir en ella su nombre.
Así tendrá doble muerte,
como el final abrupto de un segundo sueño.
Ponedlo dentro de una armadura completa y sepultadlo.
En esta forma se mezclará con el hierro,
y poco a poco adquirirá la fortaleza
que le faltó en el último instante.”
Por fin vino un sabio arpista.
El músico atrevióse a mirar a la joven princesa Wu.
Ella estaba inmóvil y sin embargo,
pintaba huesos con laca.
El artista sonrió.
Ella dijo:
“Un joven de veinte años es muy tonto.
En su conversación siempre está la disonancia
o el ruido inesperado.
Un hombre de treinta es más tonto aún.
Pretende superarme pero no tiene edad suficiente.
Me parece haberte visto antes.
De cualquier manera,
un anciano de cuarenta es demasiado viejo.
¿Cómo podría conmover mi corazón?
Deberás cantar tres veces mejor
que el centro de los otros.
Pronuncia entonces la frase
que me obligue a la reverencia”.
“Ellos murieron por no comprender a tiempo,
princesa Wu,
que tú, bajo tus ropas,
estás desnuda.”
Shen Kuci. Reino de Ch’u
Este poema pertenece al libro Poemas chinos de Alberto Laiseca, que Gárgola Ediciones acaba de reeditar por primera vez desde su aparición en 1987.
Por Alberto Laiseca
La dura princesa Wu pidió una canción.
Muchos han muerto ya, procurando satisfacerla.
Grande es el premio, empero:
su propia mano.
Por la posibilidad de su sonrisa festiva,
mueren uno tras otro.
Cantó un joven poeta;
fuerte y vigoroso, pese a su juvenil carencia.
La princesa Wu chasqueó los labios
como una muerte china.
“Castigad la desfachatez de cantar mal.”
Como un juego, con alegría,
entregó al joven a sus verdugos,
para que lo transformaran en un niño sangriento.
También cantó un adulto guerrero;
con tal ingenio, que movió sus batallas hasta la poesía.
“Tu canción me gustó bastante más.
No lo suficiente, empero.
Tendré para contigo la piedad de la naturaleza.
¿Cuándo has oído que el lobo hambriento sea perverso?
Dadle una muerte rápida.”
Pero él, desprendiéndose de sus guardias,
se arrojó a un abismo,
deslizando su cuerpo sobre el arpa de las rocas.
Ella movió la cabeza en raro gesto.
“Cayendo hizo música, pero ni aun así me convence.
Preparadle un sacrificio crematorio.
Pero no a su cuerpo,
que ahora está siendo destruido
por los pequeños lavadores de seda.
Quemad una imagen de papel,
previo escribir en ella su nombre.
Así tendrá doble muerte,
como el final abrupto de un segundo sueño.
Ponedlo dentro de una armadura completa y sepultadlo.
En esta forma se mezclará con el hierro,
y poco a poco adquirirá la fortaleza
que le faltó en el último instante.”
Por fin vino un sabio arpista.
El músico atrevióse a mirar a la joven princesa Wu.
Ella estaba inmóvil y sin embargo,
pintaba huesos con laca.
El artista sonrió.
Ella dijo:
“Un joven de veinte años es muy tonto.
En su conversación siempre está la disonancia
o el ruido inesperado.
Un hombre de treinta es más tonto aún.
Pretende superarme pero no tiene edad suficiente.
Me parece haberte visto antes.
De cualquier manera,
un anciano de cuarenta es demasiado viejo.
¿Cómo podría conmover mi corazón?
Deberás cantar tres veces mejor
que el centro de los otros.
Pronuncia entonces la frase
que me obligue a la reverencia”.
“Ellos murieron por no comprender a tiempo,
princesa Wu,
que tú, bajo tus ropas,
estás desnuda.”
Shen Kuci. Reino de Ch’u
POEMAS CHINOS
La nieve (Mao-Tse Tung )
Todo el paisaje del norte es de cortinas
hasta casi dos millares de "lis" todos de cristale s
y veinte mil millares de "lis" de nieve, como aspirados por el cielo . . .
De un lado a otro de la gran muralla ,
sólo, sólo, una locura de mar . . .
Desde las orillas del río Amarillo, aguas arriba y aguas abajo ,
su tiempo, ay, no se ve . . .
Serpientes de plata, bajo el espíritu de una "ti-chi", las montañas . . .
Elefantes de visas, sobre las llanuras, las colinas . . .
Y si pusiéramos frente a los cielos nuestra altura ?
Cuando los días parecen mirars e
y ser ya, se diría, unas ideas de flores ,
la gracia de la tierra es el pudor que sorprende al alba mism a
en su blancura de niña . . .
Tal es el misterio de estas montañas y estos ríos
que llaman a los héroes a quemarse, cada cual más puramente ,
para que les devuelvan, con lo demás, esa nube . . .
Los emperadores Chi Huang y Wou Ti, no podían abrir, casi, nuestros signos .. .
Los emperadores Tai Tsung y Tsi Tsu nunca se estremecían .
Gengis Khan era una arco, sólo un arca, en una tensión contra las águilas . ..
Ellos son el ayer. Y únicamente hoy ,
en el aire de los llamados, hasta aquél que, se creería, aún no es ,
las briznas del corazón . . .
En todo el cielo . . . (Emi-Siao )
En todo el cielo aparecen estrellas . . . más y más . . .
más miro, más estrellas aparecen. . .
Más pienso, también, en mi corazón, los pensamientos pesan má s
Las estrellas pueden ilumina r
el pasada, el presente y el futuro .
Pero a quién le digo, a quién ,
las quejas del alma, de mi alma, bajo el cielo de las lágrimas ?
A quién ?
La flor del ciruelo (Emi-Siao)
En el umbral del nuevo añ o
admirad la flor del ciruelo
Corlé una rama del árbol, la traje a mi casa ,
y la flor puse en un vaso .
La flor no teme, ya, ni a la nieve ni a la helada .
Para los invitados reunidos alrededor de la mes a
preparé una garrafa de vino .
Juntas bebemos el vino, enteramente a nuestro gusto .
Y leemos poemas contemplando la flor del ciruelo ,
la flor que en secreto se regocija y se burl a
de sus hermanas infortunadas .
En la primavera, cuando la nieve se derrite ,
los frutos nacidos de sus hermanas curvan ya todas las ramas.
Volved entonces la cabeza para mirar el vaso:
la flor del ciruelo está completamente, completamente, muerta .
El año nuevo (Ai-Tchin )
Caracoleando sobre el viento y sabre la nieve, he aquí que viene el año nuevo ,
y su gran camino es llevado por la tempestad de las risas . . .
el año nuevo irrumpe del frente bajo un velo de humo ,
sale de los túneles cavados en la rocalla ,
las pupilas enrojecidas de vigilias, las sienes profundamente aradas . . . `
El enemigo vertiera toneladas y toneladas de acer o
pero nuestra frente no ha cedido .
A cien "lis" de profundidad nuestra defens a
saca su fuerza y extraemos nuestra fuerz a
de nuestras retaguardias del pueblo y de la patria de nuestros ascendientes . . .
El año nuevo tiene la sonrisa .
Ah, déjanos saltar al expreso del tiempo que inicia los carriles ,
sabre nuestra tierra sin límites bajo la nieve que no sabe ,
sobre nuestra tierra tranquila, que espera, tranquilamente, Abril :
el arado ha vuelto los barbechos ,
la llanura va a fluir un infinito verde que dará en otro mar .
Qué anchas, qué anchas nuestras rutas !
Ellas nos llevan derecho a las ciudades aún niñas ,
a las aldeas aún niñas ,
en un país donde la misma naturaleza cambia de semblante ,
donde, por todo, una primavera de muros, sube ,
y no espera ,
donde el acero brota entre las mallas de la Gran Red como jugando . . .
He aquí venir el año nuevo y he aquí su nuevo obsequio :
el obsequio de la esperanza tambié nueva!
Debemos mantener cada pulgada de nuestro frent e
como aquéllos que salvaron el Monte Shang-Kan .
Nuestra voluntad es de granito
para ser, sobre el enemiga, la misma ráfaga del fi n
en la purificación del paisaje .
Nunca seriamos ingratos, nosotros, hacia la edad que ha comenzad o
y que meciera a nuestros héroes .
lndignos no seremos, jamás, de la arcilla de los siglo s
de donde hemos salido, bajo este fuego, para seguir las lineas del laure l
Y aunque vamos dedow.
Todo el paisaje del norte es de cortinas
hasta casi dos millares de "lis" todos de cristale s
y veinte mil millares de "lis" de nieve, como aspirados por el cielo . . .
De un lado a otro de la gran muralla ,
sólo, sólo, una locura de mar . . .
Desde las orillas del río Amarillo, aguas arriba y aguas abajo ,
su tiempo, ay, no se ve . . .
Serpientes de plata, bajo el espíritu de una "ti-chi", las montañas . . .
Elefantes de visas, sobre las llanuras, las colinas . . .
Y si pusiéramos frente a los cielos nuestra altura ?
Cuando los días parecen mirars e
y ser ya, se diría, unas ideas de flores ,
la gracia de la tierra es el pudor que sorprende al alba mism a
en su blancura de niña . . .
Tal es el misterio de estas montañas y estos ríos
que llaman a los héroes a quemarse, cada cual más puramente ,
para que les devuelvan, con lo demás, esa nube . . .
Los emperadores Chi Huang y Wou Ti, no podían abrir, casi, nuestros signos .. .
Los emperadores Tai Tsung y Tsi Tsu nunca se estremecían .
Gengis Khan era una arco, sólo un arca, en una tensión contra las águilas . ..
Ellos son el ayer. Y únicamente hoy ,
en el aire de los llamados, hasta aquél que, se creería, aún no es ,
las briznas del corazón . . .
En todo el cielo . . . (Emi-Siao )
En todo el cielo aparecen estrellas . . . más y más . . .
más miro, más estrellas aparecen. . .
Más pienso, también, en mi corazón, los pensamientos pesan má s
Las estrellas pueden ilumina r
el pasada, el presente y el futuro .
Pero a quién le digo, a quién ,
las quejas del alma, de mi alma, bajo el cielo de las lágrimas ?
A quién ?
La flor del ciruelo (Emi-Siao)
En el umbral del nuevo añ o
admirad la flor del ciruelo
Corlé una rama del árbol, la traje a mi casa ,
y la flor puse en un vaso .
La flor no teme, ya, ni a la nieve ni a la helada .
Para los invitados reunidos alrededor de la mes a
preparé una garrafa de vino .
Juntas bebemos el vino, enteramente a nuestro gusto .
Y leemos poemas contemplando la flor del ciruelo ,
la flor que en secreto se regocija y se burl a
de sus hermanas infortunadas .
En la primavera, cuando la nieve se derrite ,
los frutos nacidos de sus hermanas curvan ya todas las ramas.
Volved entonces la cabeza para mirar el vaso:
la flor del ciruelo está completamente, completamente, muerta .
El año nuevo (Ai-Tchin )
Caracoleando sobre el viento y sabre la nieve, he aquí que viene el año nuevo ,
y su gran camino es llevado por la tempestad de las risas . . .
el año nuevo irrumpe del frente bajo un velo de humo ,
sale de los túneles cavados en la rocalla ,
las pupilas enrojecidas de vigilias, las sienes profundamente aradas . . . `
El enemigo vertiera toneladas y toneladas de acer o
pero nuestra frente no ha cedido .
A cien "lis" de profundidad nuestra defens a
saca su fuerza y extraemos nuestra fuerz a
de nuestras retaguardias del pueblo y de la patria de nuestros ascendientes . . .
El año nuevo tiene la sonrisa .
Ah, déjanos saltar al expreso del tiempo que inicia los carriles ,
sabre nuestra tierra sin límites bajo la nieve que no sabe ,
sobre nuestra tierra tranquila, que espera, tranquilamente, Abril :
el arado ha vuelto los barbechos ,
la llanura va a fluir un infinito verde que dará en otro mar .
Qué anchas, qué anchas nuestras rutas !
Ellas nos llevan derecho a las ciudades aún niñas ,
a las aldeas aún niñas ,
en un país donde la misma naturaleza cambia de semblante ,
donde, por todo, una primavera de muros, sube ,
y no espera ,
donde el acero brota entre las mallas de la Gran Red como jugando . . .
He aquí venir el año nuevo y he aquí su nuevo obsequio :
el obsequio de la esperanza tambié nueva!
Debemos mantener cada pulgada de nuestro frent e
como aquéllos que salvaron el Monte Shang-Kan .
Nuestra voluntad es de granito
para ser, sobre el enemiga, la misma ráfaga del fi n
en la purificación del paisaje .
Nunca seriamos ingratos, nosotros, hacia la edad que ha comenzad o
y que meciera a nuestros héroes .
lndignos no seremos, jamás, de la arcilla de los siglo s
de donde hemos salido, bajo este fuego, para seguir las lineas del laure l
Y aunque vamos dedow.
TAO TE KING
El Tao que puede ser explicado no es el Tao verdadero
Capítulo I
Así comienza (dependiendo de la traducción) el Libro atribuído a Lao Tsé (Lao Dzi) llamado Tao Te King (Dao De Jing). En publicaciones posteriores intentaré exponer mis comentarios acerca de este libro clásico de la literatura china y acerca de la filosofía taoísta (no comparto en llamarla religión)
Y empezaré precisamente por la pregunta de quienes por vez primera nos acercamos a estos textos y modos de pensamiento "¿Qué es el Tao?". Es algo tan sencillo pero tan complejo, que tal vez por eso el autor ha comenzado así el libro...
Los antiguos maestros decían que era una pérdida de tiempo tratar de responder a esta interrogante. El Tao (que literalmente se ha traducido como camino pero que no alcanza a cubrir el amplio significado del término) es una experiencia trascendental que no puede explicarse solamente con las palabras, pues las palabras son limitadas mientras que el Tao es infinito. Cualquier intento de explicación racional sobre el Tao (como ésta) caerá necesariamente en el uso de las palabras en un afán de clarificar algo que está más allá de la sujeción a un código lingüístico.
No lo busques, pues entre más lo buscas, menos lo encuentras. Deja que te busque y te hallará. El Tao no se estudia, se vive, por eso es el camino... no se hace camino sino con el andar. El ideograma "Tao" precisamente deriva de un pictograma en el que un hombre describe un camino.
Cuenta una leyenda que un antiguo maestro a punto de morir, estaba rodeado por sus discípulos. Ellos le preguntaron "Maestro, ¿puedes decirnos en este momento qué es el Tao verdadero?", él les contestó "El Tao verdadero es el Tao verdadero" y luego murió.
MENSAJE DE REFLEXION - EL TAO TE KING - TAOISMO -ETICA TAOISTA
El Tao, uno de los caminos que he transitado, en mi constante busqueda espiritual, me ha dejado reflexiones muy positivas, me ha dado serennidad al espíritu. Si Bien es considerada una Religión, de hecho lo es, en el Tao-Te-King, escrito por Lao-Tse, esta escrito y autodefinido como: ¨Un conjunto de Principios¨ El Hombre no pudo resistir hacer una Religión.
Agradezco a la Sra. Regina Campos que me ha hecho llegar este extenso, pero nutriente y esclarecedor texto, que comparto con ustedes.
Ética taoístaPor KrisaltisEn la filosofía China puede encontrarse una vertiente filosófica que llama la atención. Se trata, pues, del taoísmo, aunque de “ismo” no ha de decirse exactamente que es, puesto que iría en contradicción con una de sus enseñanzas,
“Si intentas representar su imagen en tu mente, lo perderás”[1]
. La pregunta surge de inmediato cuando uno lee las líneas de los libros referidos al Tao. ¿Cómo es posible que a partir de esta frase, por ejemplo, “El Tao que puede ser expresado, no es el Tao eterno. El nombre que se le puede dar, no es su verdadero nombre”[2], puede surgir todo un modo de vida ético y hasta político? De eso ha de tratarse, en la medida de lo posible, para poder comprender de mejor manera esta peculiar “forma” de pensar. Así pues, es preciso partir de sus fundamentos esenciales, como lo es el Tao mismo, desde la perspectiva del lenguaje y el pensar analítica, ya que, como es obvio, el Tao nombrado no es el real. Ahora bien, existen varios textos referidos al Tao, entre ellos se encuentra el famoso “Tao Te King”, muy difundido en occidente. Sin embargo, existen otros textos no muy conocidos, como el “Hua Hu Ching”, el “Wen Tzu” y el “Nei P’ien”. Se hará uso de estos cuatro textos para proseguir con la indagación.Así pues, el Tao es lo incognoscible pero cognoscible. Esto no entra en contra del principio de no contradicción puesto que el Tao, algo similar a Brahman pero con aplicaciones más prácticas, lo penetra todo. “El camino”, como se le dice a la senda taoísta, implica acción constante, práctica continua. No se trata de enseñanzas que puedan ser tomadas a la ligera, pero tampoco al pie de la letra. Apegarse a las palabras es olvidar su esencialidad. En su aplicación, tampoco se motiva a la búsqueda externa de la verdad sutil. El camino es complejo y precisa claridad al andar. “No te ocupes de rendir culto a deidades e instituciones religiosas como fuente de la verdad sutil. Hacer esto es colocar intermediarios entre ti mismo y lo divino y convertirte en un mendigo que buscar afuera un tesoro que está escondido en el interior de su propio corazón. Si quieres rendir culto al Tao, descúbrelo primero en tu propio corazón. Entonces tu culto tendrá sentido”[3]. Ahora, ¿qué clase de enseñanza ética puede tener el fragmento expuesto, cómo es posible? La cuestión es simple. Aquí se trata de ser maduro, es decir, de evitar depender de agentes externos para la comprensión de lo que Es, del Todo. En este cese de la dependencia existe fuerza que surge de uno mismo, de modo que la persona se torna fuerte. Cuando uno depende de lo externo, se vuelve débil y poco a poco puede ser fácilmente manipulado. Este pensamiento-sentir incita también, pues, a formarse criterios acerca de lo que a uno le rodea. Ya lo vio también Jiddu Krishnamurti, “No es la confianza en uno mismo, la cual forma parte de la condición egocéntrica, egoísta. Pero el ser luz para sí mismo, requiere gran libertad, un cerebro muy claro, no un cerebro condicionado. Y tener un cerebro activo, capaz de afrontar retos, de cuestionar, de dudar, implica tener energía. Pero cuando uno depende de otros, pierde la energía”[4]. Visto de esta manera, entonces, queda claro la significación profunda del pensamiento-sentir desde el Tao. Y se dice “pensar-sentir” ya que, como pue de notarse, el pensar por sí solo es limitado.Lo primordial se encuentra pues, en la comprensión de la verdad sutil. Sin ésta, todo cuanto se haga no tiene sentido. Por eso, es preciso escuchar e investigar, “No escuchar y no investigar es como ser ciego y sordo en compañía de los demás”[5]. Esta frase también conlleva una gran enseñanza, y es que el camino del sabio no es estar en un lugar apartado de los demás, siendo indiferente a lo que ocurre en el mundo. Similar y más explícito se ve aquí, “La verdadera comprensión en una persona tiene dos atributos: Consciencia y acción. Juntos forman un tai chi natural. ¿Quién puede disfrutar de la iluminación y permanecer indiferente a los sufrimientos del mundo? Esto no está en armonía con el Camino. Sólo quienes aumentan sus servicios junto con su comprensión pueden ser llamados hombres y mujeres del Tao”[6]. Estas palabras tienen mucho poder y significado. Véase que se declara que el sabio no es alguien pasivo, sino altamente activo. Pero no es una acción producto del condicionamiento, sino que es manifestación de la comprensión. Pone en práctica lo que comprende desde lo esencial. Hay armonía entre hacer y comprender, sin distinción alguna. Y es que solo en la comprensión verdadera existe acción, puesto que se ven las cosas claras y nítidas, de modo inevitable ha de surgir algo, dada la energía sentida en la observación plena y cabal de lo existente. El sabio no está separado de los demás, puede sentir al otro como sí mismo, por eso “Sé simplemente consciente de la unidad de las cosas”[7].También se enseña sobre el término medio, el equilibrio, el balance, y al mismo tiempo sobre la interacción de los opuestos complementarios: yin-yang. Al respecto del primero, puede verse: “Ir más allá del límite es exceso; desviarse de las órdenes o presionar para el fin es algo peligroso. Llegar a un buen fin lleva largo tiempo; un mal fin no puede cambiarse más tarde. ¿Puedes permitirte ser descuidado? Simplemente sigue las cosas y deja que tu mente se mueva libremente. Resígnate a lo que no puede evitarse y nutre lo que está en tu interior; esto es lo mejor. ¿Qué más tienes que hacer para cumplir tu misión? Nada es tan bueno como seguir las órdenes (obedecer al destino). ¡Así de difícil es!”[8]. Esta enseñanza implica la mediocridad en el sentido sano y saludable. Cuando uno vive en armonía consigo mismo, fluye en todas las circunstancias que acontezcan. Será como el agua en un río, bordeará las piedras y seguirá su camino. De este modo, en el movimiento de los opuestos complementarios sabrá fluir, yendo en equilibrio con lo existente. Los excesos cesarán de por sí cuando sea uno con el balance. Ir en detrimento del término medio implica el devenir constante de perturbaciones mentales, consecuencia de no haber comprendido la esencialidad de las cosas. Cuando la mente está calma, las diez mil cosas se manifiestan. A modo similar de un lago, que cuando está quieto puede percibir hasta la mínima turbulencia, así, la mente puede captar las cosas cuando está en paz. Es por esto que una persona en calma es perceptiva y altamente activa, ya que lo aprehende todo con fluidez. Se precisa, pues, el fluir natural, condición primigenia, que es el Tao. Para el caso “Mantén tu mente libre de divisiones y distinciones. Cuando tu mente es simple y está desapegada y silenciosa, todas las cosas pueden existir en armonía y puedes empezar a percibir la verdad sutil”[9].
Estas enseñanzas tienen una influencia poderosa en cuanto al modo de gobierno, de ahí que en el libro Wen Tzu se indiquen explícitamente cómo ha de gobernarse desde el Tao. Y es que se reconoce que la influencia de la política y la economía son directas en la vida de las personas “(…) al observar que una de las causas de los problemas psicológicos y sociales radicaba en las condiciones económicas, mientras que las causas de los problemas económicos radicaban en las condiciones psicológicas y sociales.”[10] Así pues, se trata de un principio de recursividad organizacional, en el que la causa influye en el efecto y el efecto en la causa. Cuando los gobernantes están en el camino de la virtud los gobernados viven en paz. Si los de arriba son codiciosos, los de abajo serán ambiciosos y carecerán de deferencia. Se nota aquí la influencia de los que están en el poder político en cuanto a sus actitudes. El Wen Tzu trata de la educación ética de los gobernantes y su relación con los gobernados. Por ejemplo: “Si estás en una posición superior, no estés orgulloso de tu éxito; si estás en una posición de subordinación, no te avergüences de tus problemas. Si eres rico, no seas arrogante; si eres pobre, no robes. Conserva siempre el amor universal imparcial y no dejes que se marchite. A esto se llama humanidad”[11]. Estas palabras resuenan en uno, dado que nos tiene presente que aun se esté en la posición más alta de algún cargo, la esencialidad primigenia ha de ponerse en práctica. En otras palabras, encuéntrese uno en donde se encuentre, ha de ser consciente de lo esencial y ponerlo en práctica, como se señaló más arriba. “Si estás en una posición superior, ayuda al débil; si estás en una posición de subordinación, mantén el control sobre ti mismo. No te complazcas en tus antojos cuando tienes éxito, y no te agites cuando estés en una situación apurada. Sigue uniformemente la razón, sin torcerla de manera subjetiva. A eso se le llama justicia”[12]. Permanecer en equilibrio, en armonía, es clave para toda forma de gobiern o. Así, los que están en el pueblo, valorarán la virtud. Si los que gobiernan no practican la virtud, los gobernados estarán llenos de resentimiento. Si no hay orden y armonía, todo lo demás estará en agitación.
Así, en cuanto a la ética de los que gobiernan, se sugiere permanecer en la senda del Tao en la medida de lo posible para que la nación vaya de forma adecuada. Los deseos han de ser moderados, evitando los excesos, como se dijo. “Una nación caótica parece llena, una nación en orden parece vacía; una nación moribunda parece carente, una nación que se esfuerza parece tener abundancia (…) Tener abundancia no significa tener muchos bienes; significa que los deseos son moderados y pocas las cosas que se emprenden. Estar carente no significa tener dinero; significa que el pueblo es poco numeroso y los gastos son grandes”. Moderación, prudencia, virtud, son cualidades básicas para el buen gobierno, pero también lo son para la puesta en práctica de la ética taoísta.
Y volviendo a la actitud de uno en cuanto a su acción, el Hua Hu Ching pone de manifiesto que, “Una persona superior cuida del bienestar de todas las cosas. Lo hace aceptando la responsabilidad de la energía que manifiesta, tanto activamente como en el reino sutil”[13]. El hacer no se limita al plano físico, sino también al reino sutil, de lo energético no-físico, pero que influye en lo físico. Al mismo tiempo, el sabio, al verse a sí mismo, ve todo lo que existe. Principio hologramático, en el que la parte se ve manifestada en el todo y viceversa. Pero esto no se limita, por supuesto, al ámbito humano, sino que la naturaleza se ve implicada profundamente. Y es que la perspectiva desde el Tao es también naturalista. Por esto, “Mirándose a sí mismo, ve la misma cosa. Árboles, animales, humanos o pájaros: insectos, flores y pájaros. Estas son imágenes activas de las energías sutiles que fluyen desde las estrellas a través del Universo. Encontrándose y combinándose entre sí y con los elementos de la tierra, hacen surgir todas las cosas vivas. La persona superior comprende esto y entiende que sus propias energías desempeñan un papel en ello. Comprendiendo estas cosas, respeta a la tierra como a su madre, al cielo como a su padre, y a todas las cosas vivas como a sus hermanos y hermanas. Cuidándolos, sabe que se cuida a sí mismo. Dándoles a ellos, sabe que se da a sí mismo. En paz con ellos, está siempre en paz consigo mismo”[14].
Sensibilidad profunda es lo que expresa el hombre del Tao. El respeto hacia la naturaleza procede de la comprensión de lo esencial. Cuando uno siente la conexión que existe en la naturaleza, siente que no se es el centro de atención de nada o nadie en particular, sino que simplemente uno es parte del flujo universal. Este flujo ha de ser respetado, manifestándose en la naturaleza y en las personas. Uno se ve a sí mismo en los demás porque forma parte de ellos, y merece todo el cuidado respectivo. Este buen trato no está fundado en el egoísmo como pareciese hacerse ver en la frase “cuidándolos, sabe que se cuida a sí mismo”. No se trata de una intención camuflada por preocuparse solo de sí mismo, sino que, como también se dijo en un inicio, parte de la comprensión esencial del Tao. El tao lo penetra todo, se manifiesta en todo, pero tratar de categorizarlo bajo una forma en particular es olvidar su estado primigenio ilimitado. Por eso, “El universo ya es una unidad armoniosa; toma simplemente consciencia de ellos. Si hurgas en buscar paz interior, perderás tu paz interior”[15]. El Universo, el Tao, está ahí, no se precisa buscarlo. Es más, en la búsqueda, al no tener idea de lo que se quiere, ya que por eso es búsqueda, uno proyecta una imagen mental de lo que se desea. En esta proyección uno suele olvidar la comprensión esencial de las cosas. Buscando una aguja en un pajar se encuentra la aguja pero se olvida su esencialidad. Es decir, que en la búsqueda uno proyecta la imagen de algo, y es entonces cuando uno se enfoca en la imagen mental que olvida el hecho en sí mismo. Así, el Tao está en frente de nuestra narices pero somos nosotros lo que bajo los diversos condicionamientos que distorsionamos la visión de la realidad. Lo mismo puede decirse de la paz interior. Es como decir que cuando uno quiere ser libre, no ha de apegarse siquiera a la idea de serlo, puesto que de inmediato se encontrará atado a algo, en relación a algo. Cuando uno anda detrás de la paz, eso en sí mismo es movimiento. La búsqueda es un co nstante devenir de placer y sufrimiento, en tanto que cuando se lo encuentra, uno se siente dichoso, pero cuando se lo pierde, uno se siente triste. De modo que en la búsqueda solo podrá ocasionarse una paz ilusoria, pasajera en tanto que no contiene en sí la sustancialidad de la comprensión de lo que Es. Solo cuando cesa la búsqueda, la mente estará quieta, y como el lago citado más arriba, podrá percibir de inmediato todo lo que acontezca, incluyendo los problemas y condicionamientos propios de uno. Cuando puede hacerlo, podrá cortarlos de raíz.
Sobre la ética taoísta puede decirse más. Como se ha visto, las implicaciones filosóficas en sus enseñanzas son profundas y a la vez complejas; sin embargo, como se indica desde el Tao, se pueden comprender desde la simplicidad. Se ha podido apreciar pues, que las enseñanzas que en un primer plano parecían esotéricas, tienen mucha relación con el actuar humano. No se trata de palabras vanas salidas de un momento de inspiración, sino de una puesta en práctica constante, en el que no hay diferenciación entre comprender-hacer. La naturaleza está implicada en ello, como una relación cósmica que incluye al ser humano dentro de todo esto, sin darle un papel demasiado importante en detrimento de los demás. Hay respeto y armonía en la comprensión desde el Tao. Además, las repercusiones de estas enseñanzas compartidas van hasta la política. La ética cumple una función vital en todo esto, también. Así, cuando uno gobierna ha de hacerlo desde el sendero del Tao. En caso de no poder hacerlo, habrá que hacer todo lo posible para mantener a la nación en equilibrio. No es un orden impuesto, ya que eso no sería paz, sino que se da a partir de la comprensión de la verdad sutil. Esta verdad sutil, que está delante de nosotros, no ha de ser buscada en detrimento de la paz interior. Las enseñanzas desde el Tao tienen mucho que enseñarnos, y esto se puede ver bien expresado en lo que sigue. “El pensamiento dualista es una enfermedad. La religión es una distorsión. El materialismo es cruel. La espiritualidad ciega es irreal. Cantar no es más sagrado que escuchar el murmullo de un arroyo, pasar las cuentas de un rosario no es más sagrado que simplemente respirar, los hábitos religiosos no son más espirituales que la ropa de trabajo. Si deseas alcanzar la unidad con el Tao, no te dejes atrapar por superficialidades espirituales. Por el contrario, vive una vida tranquila y simple, libre de ideas y conceptos. Encuentra la satisfacción en la práctica de la virtud sin hacer distinciones, que es el único verdadero poder. Dando a los demás d e manera generosa y anónima, irradiando luz por el mundo e iluminando tu propia oscuridad, tu virtud se convierte en un santuario para ti mismo y para todos los seres. Esto es lo que quiero decir cuando hablo de encarnar el Tao”[16]
El camino del Tao, puede expresarse en, pues, humildad, dedicación, sinceridad, amistad, buen ánimo. Sus enseñanzas son simples, y solo la mente condicionada lo aprehenderá como complicado, autoproyectándose. Que se comprenda, no existe diferencia entre mundano y sagrado, porque cuando uno comprende lo que Es, se Es en cada acción, movimiento, respiración, palabra.
TAO TE CHING V
(Lao Tzu)
Para tener y mantener algo por completo es
mejor no aferrarse a ello;
la cuchilla que se usa y se afila encuentra su
momento de desgaste;
cuando oro y jade llenan el vestíbulo, nadie
puede protegerlos;
riquezas y honores, si inspiran orgullo, acarrean destrucción.
Habiendo logrado mérito y adquirido fama, retirarse:
éste es el Tao del cielo.
CapítuloX
¿Puedes mantener el alma siempre alejada del extravío?
¿Puedes regular la respiración y hacerte tan
suave y dúctil como un niño?
¿Puedes limpiarte y deshacerte de lo inesperado
quedando libre de faltas?
¿Puedes amar a todos y gobernar el Estado a través
de la no-acción?
¿Puedes abrir y cerrar las puertas de la naturaleza como a una mujer?
¿Puedes llegar a la iluminación y penetrarlo todo sin conocimiento?
BIOGRAFIA LAO TSE
Durante los más de 2500 años que transcurrieron desde el período de Primavera y Otoño, excepto por la Escuela Buda (enfoque espiritual), nada influenció a la cultura china tan profundamente como el Confucianismo (enfoque filosófico-moral) y la Escuela Tao (enfoque espiritual).
Por lo tanto, los fundadores de las tres escuelas, Sakya Muni (el Buda histórico), Confucio y Lao Tse (también conocido como Lao Zi), fueron respetados y venerados por generaciones. Curiosamente, estas tres personas nacieron en un periodo de veinte años. Desde un punto de vista histórico, pertenecieron a la misma era. Lao Tse nació el 15 de febrero de 571 a.C. en Qu Ren Li, condado de Ku, país de Chu (ahora condado de Luyi, provincia de Henan, China). Cinco años después, el 13 de mayo de 566 a.C., Sakya Muni nació en lo que hoy es Nepal. Otros quince años después, Confucio nació en Qufu, provincia de Shandong, China, el 27 de agosto de 551 a.C.
Lao Tse
Vida de Lao Tse
El apellido de Lao Tse era Li, y su nombre era Er. Lo llamaban respetuosamente “Lao Zi”. “Lao” significa vejez y gran virtud, y “Zi” es un título de alabanza utilizado en tiempos antiguos. Según las leyendas, su semblante y don natural eran extraordinarios. Sabía muchas anécdotas históricas y era muy hábil con el sistema de ceremonias. Él era el «Shou Cang Shi Shi» (el curador de la Biblioteca Nacional del Museo de Historia) y un Zhu Xia Shi (historiador imperial). Lao Tse vivía en Luo Yang, la capital de Zhou, durante un largo tiempo y fue testigo de la decadencia de la dinastía Zhou. En el 520 a.C., involucraron a Lao Tse en una lucha de poder interna entre los funcionarios de la corte imperial, y lo echaron de su posición. Lao Tse sintió profundamente la maldad del mundo humano y por lo tanto dejó el mundo secular. Viajó a muchas partes del país sin decirle a la gente quién era.
Un día de septiembre del 478 a.C., a sus 93 años de edad, Lao Tse fue al Oeste hacia el país de Qin. Cuando estaba por atravesar el Paso Han Gu, el jefe de guardias, Yin Xi, supo mediante un oráculo que un inmortal pasaría por allí, así que ordenó limpiar todo el camino y se preparó para darle la bienvenida. Como era de esperar, Lao Tse llegó. Yin Xi dijo, «Maestro, usted va a irse a vivir en aislamiento y ya no seremos capaces de escuchar sus enseñanzas. Por favor, escriba un libro para dejarlo a las generaciones futuras».
Lao Tse nunca enseñó nada en la tierra central, y supo que Yin Xi estaba predestinado para obtener el Tao, así que se quedó un tiempo y escribió el «Tao Te-King» (o Daodejing, Libro de la Vía y de la Virtud). Después de eso, Lao Tse fue hacia el Oeste y pasó la «arena suelta» (en referencia al desierto en la provincia de Xinjiang). Nadie supo a dónde fue.
Una vez, Confucio visitó la capital de Zhou y aprendió el sistema de ceremonias de Lao Tse. Un día, alrededor del 500 a.C., Confucio fue a Luo Yang, la capital de Zhou, en un viejo carro llevado por una vaca. El propósito de este viaje era observar los sistemas de los emperadores previos, estudiar la fuente de la música ceremonial y aprender las leyes de la moralidad. Así que visitó a Lao Tse, quien estaba a cargo de la biblioteca imperial y era familiar con el sistema ceremonial. Durante la visita, Lao Tse preguntó a Confucio qué libro estaba leyendo. Confucio respondió que estaba leyendo el Zhou Yi (Libro de los cambios), ya que todos los santos habían leído el libro. Lao Tse dijo, «Está bien que los santos lo lean, ¿pero por qué quieres leerlo? ¿Cuál es la esencia de este libro?» Confucio respondió, «Su esencia es promover la benevolencia y la justicia». Lao Tse luego dijo, «La así llamada benevolencia y justicia son cosas que confunden el corazón de la gente, como esos mosquitos que pican a la noche y no dejan dormir. Sólo pueden sumar confusión y problemas a la gente. Mira, una gran pluma de cisne naturalmente permanece color blanco nieve, sin necesidad de lavarla todos los días, y la de un cuervo es naturalmente negra, sin necesidad de teñirla. El cielo es naturalmente alto, la tierra es naturalmente profunda, el Sol y la Luna son naturalmente brillantes, las estrellas están naturalmente alineadas con un cierto patrón, y los árboles y el pasto son naturalmente diferentes uno del otro. Si quieres cultivar el Tao, deberías sólo seguir la ley natural, y naturalmente obtendrás el Tao. ¿Qué sentido tiene promover esas cosas como la benevolencia y la justicia? ¿No es tan ridículo como buscar una oveja perdida mientras golpeas un tambor?
Lao Tse nuevamente preguntó a Confucio, «¿Tú piensas que has obtenido el Tao?» Confucio respondió, «Lo he estado buscando por 27 años, pero todavía no lo obtuve». Lao Tse dijo, «Si el Tao fuera algo que pudieras usar para presentar a otros, la gente intentaría presentárselo a los emperadores. Si el Tao pudiera ser dado a otros, la gente se lo daría a sus familiares. Si el Tao pudiera ser relatado claramente, la gente se lo diría a sus hermanos. Si el Tao pudiera ser transmitido a otros, la gente lucharía por transmitírselo a sus niños. Sin embargo, todo eso es imposible. La razón es muy simple, y es que si una persona no tiene un entendimiento correcto del Tao en su corazón, el Tao nunca le llegará.»
Después de volver de la visita a Lao Tse, Confucio no habló por tres días. Zi Gong (uno de los estudiantes de Confucio) lo sintió extraño y le preguntó a su maestro qué había pasado. Confucio respondió: «Sé que las aves pueden volar, que los peces pueden nadar, y que las bestias pueden correr. A los que corren, los puedo capturar con una red; a los que nadan, los puedo capturar con una caña; a los que vuelan, los puedo capturar con flechas. En cuanto a los dragones, no sé cómo es que montan sobre los vientos y las nubes y llegan al cielo. Me reuní con Lao Tse, y es exactamente como un dragón, ¡demasiado profundo como para descifrarlo!»
Esta es exactamente la diferencia entre un ser iluminado que puede salvar a los seres concientes y un filósofo del mundo humano. El dicho, «Hay muy pocas probabilidades de que dos personas de principios diferentes se entiendan» se refiere a esta diferencia. El Tao de Lao Tse, misterioso y difícil de entender, es la enseñanza de los dioses, mientras que las palabras de Confucio eran sólo teorías humanas y el estándar moral que definía el comportamiento humano.
LAO TSE (S. VI a C)
Considerado el filósofo más importante de la china, se le conoce también como “El viejo maestro”. Fue, en efecto, uno de los pensadores más importantes del taoísmo.
De acuerdo a la tradición legendaria, Lao-Tsé estuvo meditando durante ochenta años en el vientre de su madre virgen antes de nacer. En rigor, históricamente hablando, pocos datos biográficos se tienen de él. Se estima que fue contemporáneo de Confucio pero hay algunos historiadores que incluso, ponen en duda su existencia.
Se le atribuye la escritura del Tao Te Ching, un pequeño tratado de unos cinco mil caracteres que podría describirse como una colección de aforismos con un hilo conductor: mantener el orden glorificando la sencillez. Sin embargo, muchos pasajes pueden resultar desconcertantes e incluso oscuros. El Tao Te Ching no es un texto religioso, sino sapiensal, que traasciende el propio conocimiento. De alto contenido simbólico se trata de una obra de difícil acceso, especialmente por el sentido ambiguo en el que está escrita en donde se enfatiza la relatividad de las cosas, como sintetizan sus líneas iniciales: “El Tao que puede ser expresado con es el Tao eterno”.
LOAO TSE
Lao tse fue un filósofo chino tal vez nacido en el año 490 a C. Sus maravillosas enseñanzas perduran hasta el día de hoy. Quiero compartir contigo, lector, este bellísimo pensamiento que merece ser difundido:
" Para que haya paz en el mundo, es necesario que las
naciones vivan en paz.
Para que haya paz entre las naciones, las ciudades no
deben levantarse una contra otra.
Para que haya paz entre las ciudades, los vecinos
deben entenderse.
Para que haya paz entre los vecinos, hace falta que
reine la armonía en el hogar.
Para que haya paz en el hogar
hay que encontrala en el corazón de cada uno"
EN MEMORIA DEL GRAN POETA CLASICO LI BAI
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Este año se cumple el 1300 aniversario del nacimiento de Li Bai.
Entre los poetas clásicos chinos, Li Bai, o Li Bo como se le conoce en Occidente, es el más conocido en el mundo. Sus antepasados vivían en Asia Central, donde Li Bai nació en el año 701 y poco después se traslad?junto con su padre a la provincia de Sichuan, y falleció en 762. Vivió en el período de auge de la dinastía Tang, la Edad de Oro de la literatura china. Además de ser uno de los poetas más célebres de esa dinastía, es el poeta lírico más importante de la historia de la literatura china. El gran vuelo y hondura de sus versos lo han hecho merecedor del calificativo de “ inmortal”. Li Bai escribió más de 900 poemas, caracterizados por una diversidad de temas, una extraordinaria fantasía, una ejemplar concisión de lenguaje y una originalidad inigualable. La poesía de Li Bai ha influido enormemente a los poetas chinos de generaciones posteriores. Por otra parte, sus poemas fueron traducidos al inglés, ruso, japonés, alemán, español y a otras lenguas. Se considera que la versión en inglés, realizada por Ezra Pound, poeta estadounidense considerado el padre de la poesía contemporánea en Occidente, “influyó en la creación poética del mundo de habla inglesa del siglo XX”.
Li Bai no sólo es uno de los más grandes poetas de China, sino también de toda la literatura universal. Considerado como símbolo cultural y patrimonio cultural de la humanidad, es reconocido y admirado en el mundo entero. Con este motivo vamos a publicar durante tres semanas algunos de sus poemas más conocidos en China juntamente con su traducción.
LITERATURA CHINA
La literatura china puede dividirse en tres grandes épocas históricas, que se corresponden, más o menos, con las de la historia de la literatura occidental: la época clásica, que abarca desde el siglo VI a.C. hasta el siglo II d.C.; la medieval, desde el siglo III hasta el final del siglo XII, y la moderna, desde el siglo XIII hasta nuestros días.
Época clásica
Los ejemplos más antiguos de escritura china son inscripciones en huesos y caparazones de tortuga, que datan probablemente del siglo XIV a.C. Representan divinizaciones dedicadas a los reyes de la dinastía Shang (c. 1766-c. 1027 a.C.), la primera dinastía conocida. Aunque no puede considerarse literatura en el sentido estricto de la palabra, estas inscripciones representan los ejemplos más antiguos de escritura china, que sirvieron de punto de partida para toda la literatura posterior.
La época clásica de la literatura china se corresponde con la de la literatura griega y romana. Las etapas de formación tuvieron lugar del siglo VI al IV a.C., en los tiempos de la dinastía Chou (c. 1027-256 a.C.). De esta época son las obras de Confucio, Mencio, Laozi, Zhuangzi y otros muchos grandes filósofos chinos. Culminó con la recopilación de los llamados 'cinco clásicos', o clásicos confucianos, y otros tratados filosóficos. En los siglos siguientes a la época clásica se fijó el modelo confuciano y el confucionismo se convirtió en la enseñanza ortodoxa, que marca la tradición clásica que ha perdurado hasta nuestro siglo.
Poesía
La obra poética más importante del periodo clásico fue el Shijing (Libro de las odas o Clásico de la poesía), antología de poemas antiguos escritos en versos de cuatro palabras y compuestos en su mayoría entre los siglos X y VII a.C. El Shijhing se considera el tercero de los cinco clásicos; la leyenda dice que fue el mismo Confucio quien seleccionó y editó los 305 poemas que forman la obra. En lugar de glorificar a dioses y héroes, como era costumbre en otras culturas, muchos de estos poemas cantan la vida diaria de los campesinos, sus tristezas y alegrías, sus ocupaciones y fiestas. Estos poemas, que constituyen la mitad del libro, marcan el comienzo de la tradición popular de la poesía china y se caracterizan por la simplicidad de lenguaje y sentimientos. La otro mitad del Shijing contiene canciones elegíacas y poemas cortesanos. Estas canciones y poemas muestran un relato colorista de la vida y costumbres de la nobleza feudal china, de la misma manera que los poemas populares describen la vida sencilla y agradable de los campesinos. Los poemas cortesanos se cantaban y acompañaban con danzas; la poesía y la música chinas han estado unidas desde tiempos remotos.
El estilo aristocrático o cortesano alcanza su máxima expresión con los poemas conocidos por elegías de Chu, estado feudal al sur de China central, que fue la tierra de Qu Yuan, primer gran poeta chino. Noble de nacimiento, Qu Yuan escribió Lisao (Dolor de la lejanía), largo poema autobiográfico lleno de alusiones históricas, alegorías y símiles, expresadas en verso, que trata de la revelación íntima de un alma poética atormentada por su fallida búsqueda de un ideal. Otros poemas de Qu Yuan son igualmente ricos en imágenes y sentimientos y están escritos en un tono romántico, completamente diferente del de la poesía sencilla y realista del Shijing.
Durante los 400 años de la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.), las tendencias realista y romántica dieron lugar a escuelas poéticas. Los versos de Chu, de formas irregulares, fueron el comienzo de un nuevo género literario, el fu, o poema en prosa. Más tarde, la poesía china se enriqueció con canciones populares recogidas por el Yüeh-fu, una institución fundada en el siglo II a.C.
Prosa
Los primeros trabajos en prosa forman, junto con el Shijing, los cinco clásicos. Son el I Ching (Anales del Chin), libro de adivinaciones; el Shujing (Libro de los documentos), un conjunto de documentos de estado antiguos; el Liji (Memoria sobre los ritos), colección de códigos gubernamentales y rituales, y el Chunqiu (Anales de la primavera), la historia del estado de Lu desde 722 hasta 481 a.C. Desde el siglo VI hasta el III a.C., se escribieron las primeras grandes obras de la filosofía china, como los Analectas de Confucio, aforismos recopilados por sus discípulos; los elocuentes debates de Mencio, discípulo de Confucio; el Doodejing (Clásico de la forma y su virtud), atribuido a Laozi, fundador del taoísmo, y los ensayos de Zhuangzi, el otro gran filósofo taoísta. También son importantes, no sólo por su prosa sino por su aportación filosófica, los ensayos de Mozi, Xunzi y Han Fei Zi. El Shiji (Memorias históricas) de Sima Qian, gran obra sobre la historia de China hasta la dinastía Han, sirvió de modelo de una larga serie de historias dinásticas durante 2.000 años. En filosofía política y moral, los confucianos sentaron las bases de la tradición literaria de la prosa china, adoptando un lenguaje literario propio, diferente del lenguaje hablado. Bajo la dinastía Han, los intelectuales y eruditos formaron parte de la burocracia estatal. Alcanzar ciertos cargos oficiales, pasó a depender de los conocimientos que se tuvieran de los clásicos confucianos. Esta práctica continuó, con algunas interrupciones, hasta el siglo XX d.C. y elevó la tradición literaria a culto nacional.
Época medieval
Desde el comienzo de la época medieval, del siglo III d.C. al siglo VII, China estaba dividida en estados rivales y además era víctima de las invasiones de los tártaros. A pesar de todo, la producción literaria de esta etapa no fue en absoluto estéril, como sucedió en la historia de Europa occidental, en la que el periodo equivalente se conoce por edad oscura. La difusión del budismo desde la India, la invención de un tipo de imprenta sin caracteres móviles y el florecimiento de la poesía y la prosa, iluminaron todo el periodo, y se convirtió en uno de los más brillantes de la historia de la literatura china.
Poesía
Durante los periodos de agitación política y social, desde el siglo III hasta el VII, los poetas encontraron refugio y consuelo en el campo. Algunos eran ermitaños y crearon una escuela de poesía a la que llamaron "campo y jardín"; otros escribieron los mejores poemas populares chinos, como los de amor atribuidos a Tzu-yeh, poetisa autora de La balada de Mulan, que relataba las aventuras de una mujer soldado, disfrazada de hombre y El pavo voló al Sureste, extensa narración de un trágico amor familiar, escrito en lengua vulgar y elocuente. El mejor poeta de estos turbulentos siglos fue Tao Qian, también conocido por Tao Yuanming, que cantaba las alegrías de la naturaleza y de la vida solitaria. Su obra A la sombra de un melocotonero en flor llegó a ser la expresión clásica del poeta en busca de una utopía.
La mejor poesía china se escribió durante la dinastía Tang (618-906), un periodo de paz general y prosperidad que tuvo su ocaso. A pesar de haber transcurrido diez siglos, se han conservado más de 49.000 poemas escritos por 2.200 poetas. Los tres poetas más famosos fueron Wang Wei, Li Po y Tu Fu. Conocieron en su juventud el esplendor de la dinastía Tang pero años después vivieron épocas de guerras y rebeliones. Wang Wei, filósofo y pintor de tendencias budistas, describió la serenidad de las maravillas de la naturaleza; se dice que la poesía está en su pintura y la pintura en su poesía. Li Po, líder taoísta de la escuela romántica, se rebeló contra los convencionalismos poéticos y contra la sociedad en general. Apasionado e indisciplinado, creía pertenecer al mundo de los inmortales, ya que decía haber sido exiliado de este mundo. Li Po mostraba lo mejor de sí mismo cuando loaba el amor y la amistad, los placeres del vino y los aspectos majestuosos y misteriosos de la naturaleza. Su amigo y rival Tu Fu, por el contrario, era meticuloso en sus esfuerzos por conseguir un realismo preciosista. Humanista e historiador, Tu Fu expresaba sus vínculos con el mundo, de manera sincera e intimista, sus afectos familiares, su amor infinito por la humanidad y su inquietud por las injusticias de su tiempo. El realismo de la obra de Tu Fu influyó en el poeta Po Chu-i (Po Chü-i), que utilizaba la poesía como un medio para la crítica y la sátira. En los siglos posteriores, esta tendencia moralista la desarrollaron otros poetas, incorporando disquisiciones didácticas y filosóficas, pero, en general, la poesía china fue esencialmente lírica.
La rima constituyó una parte primordial de la poesía china, pero la métrica, no estuvo bien definida hasta el periodo Tang. La forma característica de esta época es la llamada shi, definida por una estrofa de versos de cinco o siete pies, y cuya rima recaía habitualmente en los versos impares.
En la época Tang se adoptó otra nueva forma poética conocida como cu. A pesar de que en esta técnica los versos variaban de longitud, el número de versos y su longitud se fija de acuerdo a un tono y ritmo determinados. La escritura del cu adoptó nuevas palabras populares, como ya estaba haciendo la música popular y requería de gran habilidad. Las melodías utilizadas eran casi siempre de origen extranjero.
Durante la dinastía Song (960-1279) el cu alcanzó su máxima popularidad. En un principio se escribían largos poemas cu, cantados con melodías populares y, en general, de temas amorosos, cortesanos o musicales. Su Tung-po, el mejor poeta chino de cu, lo liberó de las formas rígidas que le había impuesto la música e introdujo temas más enérgicos. En el siglo XI se escribió más cu compuesto con fines no musicales, es decir, un cu escrito sin intención de ser cantado. Desde finales del siglo XIII se volvió a la tradición del cu cantado. La poetisa china Li Qingzhao alcanzó gran popularidad por sus versos cu sobre su viudedad.
Prosa
La prosa china también floreció durante la dinastía Tang. Han Yu, maestro de la prosa Tang, exigía la vuelta a la escritura directa y simple de estilo clásico, como reacción a la prosa artificial de aquel tiempo. Como resultado de los esfuerzos de Han Yu, los tratados políticos y filosóficos, los ensayos informales y los cuentos fantásticos (chuanqi) se escribieron conforme al estilo neo-clásico. Estos últimos representan los primeros cuentos fantásticos de la China.
Los primeros cuentos escritos según la tradición popular aparecieron durante el periodo Tang. Los predicadores budistas, con la intención de difundir su religión, escribieron historias en lenguaje coloquial y en una forma narrativa conocida por bianwen, término a veces traducido por 'popular', que marcó el principio de la ficción popular china.
Aunque se conservan pocos ejemplos de la antigua tradición narrativa, en el siglo XI se vivió un renovado interés por este arte y se practicó con gran habilidad durante la dinastía Song, periodo de abundante actividad literaria. A lo largo de esta época medieval llegó a ser una forma muy popular de entretenimiento. Las historias contadas por narradores profesionales, cada uno de los cuales se especializaba en un tema concreto, no sólo se escribían sino que se imprimían en libros, llamados huaben, que fueron fuente de inspiración de largas novelas chinas.
En la tradición literaria, la vuelta al conciso estilo clásico iniciada por Han Yu se prolongó en la dinastía Song con Ouyang Xiu y Su Xun, entre otros. El primero se distingue por sus ensayos filosóficos confucianos, políticos e históricos, aunque es más conocido por sus maravillosas descripciones de los paisajes de China. Los ingeniosos ensayos de Su Xun se consideran el máximo logro del estilo clásico.
La interpretación, la canción y la danza habían existido desde tiempos remotos pero el teatro, propiamente dicho, no se desarrolló hasta el final del medievo. En la época Tang, los actores ya ocupaban un lugar importante entre los artistas populares y se agrupaban en compañías profesionales, que actuaban en teatros construidos para albergar a varios millares de personas.
Época moderna
La época moderna comenzó en el siglo XIII y llega hasta nuestros días. En un principio se caracteriza por una gran literatura popular, antecesora de las literaturas populares de Occidente. El auge de la narrativa y del teatro chino durante la dinastía Yuan mongol (1279-1368), pudo deberse a un rechazo de los intelectuales del régimen mongol, que, en lugar de servirlos, se dedicaron a la narrativa y al teatro. La literatura popular siguió desarrollándose a lo largo de todo este periodo, hasta fundirse en un nuevo movimiento literario más amplio, en los primeros años del siglo XX.
Desde el siglo XII, el teatro chino seguía un modelo autóctono y las obras dramáticas locales más populares adquirían importancia nacional. El teatro Yuan, que se creó en el norte de China, escribía sus diálogos y canciones en un dialecto del norte. El laúd es el instrumento principal y las canciones, que constituían la parte poética de la obra, se consideraban más importantes que los diálogos, se escribían en qu, una nueva forma poética más flexible y expresiva que el shi del periodo Han y que el cu del periodo Tang. La obra Yuan se divide en cuatro partes, que se corresponden con los cuatro actos de las obras occidentales; a veces se añade un breve acto adicional que sirve como preludio o como interludio.
En el siglo XIV, la narrativa popular china fue cada vez más importante. Dos de las primeras novelas chinas de esta época, Sanguozhi Yanyi (Historias noveladas de los reinos), novela histórica de guerras y guerreros, y Shuihuzhuan (Al borde del agua), novela de aventuras de héroes bandidos, se pueden considerar la épica en prosa del pueblo chino. Las obras del arte popular derivaban de la tradición oral y tenían el toque genial de muchos escritores, por lo que resultaban muy distintas de las obras compuestas por un solo autor. En general, estos dos tipos de novelas chinas eran muy largas, densas y con excelentes caracterizaciones y descripciones coloristas. Todas estas características también se encuentran en Hongloumeng (Sueño de la habitación roja), una novela realista de Cao Xueqin, que describe detalladamente la prosperidad, la decadencia y la caída de una rica familia oficial.
En el siglo XVII, aparecieron numerosas colecciones de historia breves, que eran recopilaciones copiadas de periodos anteriores u obras compuestas por escritores contemporáneos. Al igual que la novelas, el estilo de estas historias, que ofrecen un retrato intimista de la sociedad china, es coloquial y realista. La antología más popular es Jinguqiguan (Cuentos maravillosos del pasado y del presente), que se compone de 40 historias.
Al tiempo que la era moderna avanzaba, la tradición popular se engrandecía y enriquecía. La literatura convencional, por el contrario, fue perdiendo producción, aunque intelectuales de la alta burguesía, entre los que había grandes escritores, la siguieron cultivando. La preceptiva literaria ya no fue capaz de seguir aportando más que estereotipos. Esta decadencia de la tradición literaria se prolongó hasta el siglo XX, cuando los escritores chinos se dieron cuenta de la necesidad de buscar nuevas fuentes de inspiración. Influidos por la literatura occidental, los escritores chinos, guiados por Hu Shi, comenzaron una revolución literaria conocida como el renacimiento chino. Intentaban utilizar el lenguaje coloquial con fines literarios y elevarlo a la categoría de expresión erudita.
Después de cincuenta años experimentando en esta dirección, la literatura china contemporánea ha madurado y ha mostrado una gran creatividad vitalista. En la primera mitad del siglo XX, los escritores chinos utilizaron la literatura como espejo para reflejar el lado sórdido de la vida, para combatir los aspectos negativos de la sociedad y para propagar el mensaje de la lucha de clases. Con ensayos e historias mordaces atacaban a la sociedad tradicional y escritores como Lu Xun (seudónimo de Zhou Shuren), ayudaron al avance de la revolución socialista. Aunque el espíritu de la literatura cambió el fondo, los caracteres y los sucesos representados, continuaron siendo típicamente chinos.
Durante los años de la revolución cultural (1966-1978), se esperaba que los artistas y escritores se adaptaran a las necesidades del pueblo y la influencia burguesa occidental se atacaba duramente. Desde entonces, se ha permitido una mayor libertad de expresión y se tolera el renovado interés por las ideas y las formas occidentales.
ZHE ZONG
Durante el reinado del emperador Zhe Zong, que gobernó por mucho tiempo después de Ren Zong, en BianLiang la capital del Este, en la Prefectura de Kaifeng anteriormente llamada Distrito de XuanWu, allí vivía un joven rapaz llamado Gao. Segundo hijo, era bastante inútil. Sólo se preocupaba por competir con lanzas y varas, y era un excelente jugador de fútbol. La gente de la capital eran muy amigos del cachondeo. Le pusieron el mote de Gao Qiu, o ¨Gao el Balón¨. Más tarde, cuando prosperó, cambió ¨Qiu¨ a otro carácter con el mismo sonido pero con un significado más elegante.
Además de su destreza con las armas, Gao Qiu podía tocar instrumentos musicales y cantar y bailar. El también aprendió un poco de poesía y versificación. Pero en lo referente a ser virtuoso y a comportarse correctamente, no sabía nada en absoluto. Pasaba su tiempo callejeando por la ciudad y sus alrededores. Gracias a él, el hijo del Maestro Wang, el dueño de una fundición, malgastó una considerable suma de dinero en teatros, tugurios de apuestas y casas de putas. Por este motivo el padre presentó una queja escrita contra Gao en la Prefectura de Kaifeng. El prefecto le dió a Gao veinte azotes, le expulsó de la ciudad, y prohibió a la gente de la capital del Este alimentarle o darle refugio. La solución de Gao Qiu fue ofrecer sus servicios a un tal Liu Shiquan, conocido como Liu el Viejo, que administraba una casa de apuestas en la Prefectura de Linhuai, al oeste del río HuaiHe. Liu solía rodearse con vagos y chusma de todos los alrededores.
Gao Qiu permaneció con Liu durante tres años. Por aquel entonces el emperador Zhe Zong elevó sus oraciones al cielo al sur de la ciudad, lo que causó que los vientos y lluvias se mostrarán muy propicios. El emperador se conmovió e hinchó de benevolencia, declarando una amnistía general. Gao Qiu pudo volver a la capital. Liu el Viejo le escribió una carta de recomendación a Dong Jianshi, un familiar suyo que administraba una tienda de hierbas medicinales cerca del puente de las Vigas Doradas, le dió a Gao algo de dinero para el viaje, y le dijo que Dong cuidaría de él.
Gao dijo adiós, se echó su paquete sobre los hombros y volvió a la ciudad, donde entregó la carta a Dong. El farmacéutico le echó un vistazo a Gao, entonces leyó la carta.
- ¿Cómo puedo colocar a este hombre en mi casa? - pensó-, sería diferente si fuera recto y honesto. Los niños podrían aprender de él. Pero es sólo un vagabundo, alguien en quién no se puede confiar que ha sido forzado al exilio por no respetar la ley, y no la clase de persona que se reforma fácilmente. Si lo mantengo aquí es capaz de enseñarle maldades a los niños. Y si no lo hago, ofenderé a Liu el Viejo.
No tuvo otra opción que recibir a Gao en su casa con pretendido placer. Dong festejó con él cada día durante diez días, entonces tuvo una idea. Le regaló a Gao un conjunto de ropas y le entregó una carta de recomendación.
- La luz de mi casa es demasiado débil -dijo-, si te mantuviera aquí sólo estaría reteniendo tu ascensión. Te voy a mandar a Su el Menor, el erudito de la corte. Con él serás capaz de hacer un comienzo. ¿Qué tal suena eso?
Gao se lo agradeció enormemente. Dong hizo que un sirviente llevará la carta y que acompañara a Gao a la residencia del erudito de la corte. Allí, uno de los porteros, informó de la llegada de Gao. El erudito salió y lo saludó. Por la carta de recomendación pudo ver que Gao era un pájaro.
- No puedo recibir a este hombre -pensó el erudito-, como un favor a Dong se lo mandaré a Wang Jinqing, el joven príncipe consorte, para que sirva como criado. Al joven príncipe le gustan este tipo de hombres.
Le escribió a Dong una respuesta y dejó que Gao pasase la noche allí. El día siguiente escribió otra carta y la mandó con un mayordomo que llevó a Gao Qiu a la residencia del joven príncipe.
Wang se había casado con una hermana pequeña del emperador Zhe Zong antes de que éste hubiera tomado posesión del trono y mientras reinaba el emperador Shen Zong. El joven príncipe era amigo de hombres de aventuras, y les daba empleo en sus dominios. Le gustó Gao desde el momento que lo vió junto con el criado del erudito que llevaba la carta. Escribió una respuesta inmediata, aceptándolo como criado. Desde entonces Gao permaneció con el príncipe, yendo y viniendo como uno de la familia.
Como dice el viejo refrán: ¨Los amigos distantes se distancian más y más, los amigos a la mano se acercan aún más¨. Para celebrar su cumpleaños, el joven príncipe ordenó que se preparara un banquete, e invitó al príncipe Duan, el hermano menor de su mujer. Duan era el undécimo hijo del emperador Shen Zong y era un hermano del emperador en el trono Zhe Zong. A cargo del abastecimiento imperial, el Noveno Príncipe Real, que era como se le llamaba, era un hombre inteligente, joven y guapo, y un diletante especializado en todas las posibles formas de diversión. Entre sus virtudes se incluía el lute, ajedrez, caligrafía, la pintura y el fútbol. Era también un buen músico, cantante y bailarín.
Ese día, Wang el joven príncipe preparó un banquete con los manjares más exquisitos de la tierra y el mar. Sentó a Duan el Noveno Príncipe Real en la silla central de honor y se sentó en el lado opuesto. Después de varias copas de vino y dos platos, el príncipe Duan fue a aliviarse. Cuando volvía se detuvo en la biblioteca, donde el joven príncipe se le unió. Duan se fijó en un par de leones pisapapeles esculpidos en jade. Estaban extremedamente bien realizados, con un detalle exquisito.
El príncipe Duan los cogió y no podía ponerlos de vuelta. -Preciosos -murmuró.
- El mismo artesano también hizo un estante esculpido como un dragón para pinceles de escritura - dijo el joven príncipe - No lo tengo a mano, pero lo encontraré mañana y te lo enviaré junto con estos pisapapeles.
- Eso es extremedamente amable por tu parte. Estoy seguró de que el dragón está tallado incluso más finamente que los leones.
- Lo enviaré al palacio mañana. Tendrás la oportunidad de verlo por ti mismo.
El príncipe Duan le dió las gracias y entonces volvieron a la mesa del banquete donde cenaron hasta el anochecer. Ambos estaban borrachos cuando se separaron. El príncipe Duan se despidió del príncipe consorte y volvió a su palacio.
Al día siguiente, el joven príncipe encontró el estante para los pinceles tallado en forma de dragón. Lo colocó en una pequeña caja de oro junto con el par de leones pisapapeles de jade, envolvió la caja en seda dorada, escribió una carta para acompañarla, y le dijo a Gao que llevase los regalos. Gao fue directamente al palacio del príncipe Duan. El portero informó de su llegada al mayordomo, que salió.
- ¿De qué residencia oficial provienes?
Gao Qiu hizo una reverencia.
- El príncipe consorte Wang me ha mandado para traer estos objetos de jade al Príncipe Real.
- Su Alteza está en el patio central jugando al fútbol con algunos jóvenes eunucos. Puedes pasar.
- ¿Le molestaría mucho si me enseñase el camino?
El mayordomo condujo a Gao hasta la puerta del patio interior. Cuatro o cinco jóvenes eunucos estaban pateando la pelota con el príncipe Duan. El príncipe llevaba un sombrero suave de seda al estilo Tang y ropas moradas bordadas con un dragón imperial. La ropa estaba hecha una bola delante del príncipe, enrollada bajo su cintura. Varios fénix volando estaban bordados con hilo dorado en sus botas.
Gao no se atrevió a interrumpir. Se quedó de pie detrás de algunos sirvientes y esperó. La fortuna le favoreció. La pelota sobrepasó al príncipe Duan, que no pudo pararla y rodó entre la masa de gente hasta llegar a Gao Qiu. En un momento de brillantes, la mandó de vuelta con un ¨ efecto de pato mandarín y pato macho¨
Duan estaba encantado.
- ¿Quién eres tú? - preguntó.
Gao se arrodilló.
- Un criado del príncipe consorte Wang. Como me ordenó mi maestro, le traigo a su Alteza dos regalos en jade. Tengo una carta que los acompaña.
El príncipe real sonrió
- Mi cuñado es siempre atento.
Gao Qiu mostró la carta. El príncipe Duan abrió la caja y observó las piezas de jade. Entonces se las pasó a su mayordomo.
- Entonces sabes como patear una pelota - dijo a Gao - ¿Cómo te llamas?
Gao cruzo sus brazos sobre su pecho respetuossamente y se arrodilló de nuevo.
- Su sirviente se llama Gao Qiu. He pasado algún tiempo con la pelota en el campo.
- Bien - dijo el príncipe -. Ven y únete al partido¨
- Un hombre de mi rango!, no me atrevería a jugar con su Alteza.
- ¿Por qué no? Esta es la Liga de las Nubes Altas, conocida como el Círculo Todo Redondo. Está abierta a cualquiera.
Gao Qiu siguió rehúsando. Pero cuando el príncipe real insistió, hizo una reverencia, pidió perdón por su presunción, y trotó hacia el campo. Hizo unos cuantos pases con la pelota y el príncipe gritó aprovando. Gao Qiu estaba inspirado para mostrar todo lo que tenía dentro. Sus movimientos, sus estilo, eran un placer a la vista. Se mantenía tan cerca de la pelota que parecía que se la hubiera pegado al pie.
El príncipe Duan estaba encantado. No dejó que Gao se marchase y lo retuvo aquella noche en el palacio. Al día siguiente ordenó que se preparará un festín e invitó al joven príncipe.
Cuando Gao no apareció la noche anterior, el joven príncipe empezó a preguntarse si se podí a confiar en él. Ahora, su porteró anunció:
- Un mensajero del Noveno Príncipe Real está aquí con una invitación para su Excelencia para asistir a un banquete en el palacio.
El joven príncipe salió y recibió al mensajero y leyó la invitación. Entonces se subió en su caballo y montó hasta el palacio. Al desmontar, fue directamente a ver al príncipe Duan.
El Noveno Príncipe Real le dio las gracias por los dos regalos de jade. Juntos, entraron en el comedor.
- Ese Gao Qiu tuyo juega muy bien al fútbol - dijo el príncipe Duan - me gustaría conservarlo como criado. ¿Qué te parece?
- Si es útil para su Alteza, dejémosle servir en el palacio, por supuesto.
El príncipe Duan levantó su copa de vino y le dio las gracias al joven príncipe. Los dos charlaron y cenaron hasta el anochecer. Entonces el joven príncipe volvió a su residencia. No diremos más de él.
Hablemos mejor de Gao Qiu. Después de entrar al servicio del príncipe Duan, vivió y comió en el palacio y acompañaba al príncipe a diario, sin separarse ni un paso de él. Antes de que hubieran pasado dos meses, el emperador Zhe Zong murió sin dejar un sucesor. Todos los altos oficiales civiles y militares hicieron una conferencia y eligieron al príncipe Duan como emperador. Se le llamó como Emperador Hui Zong y se le atribuyó el título de Alto Sacerdote de la Pureza del Jade y Soberano Taoísta de la Verdad y la Providencia.
Hui Zong asumió el trono y todo marchó bien. Un día le dijo a Gao Qiu:
- Me gustaría subirte en el escalafón y rango, pero tienes antes que llevar a cabo algunas acciones meritorias en la frontera. Haré que el Consejo de Asuntos Militares te coloque como disponible para nombramiento imperial.
Poco menos de medio año después, pudo nombrar a Gao Qiu mariscal para comandar los Guardias Imperiales.
. 水浒传 (Shui Hu Zhuan) Novela china del siglo XIV
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